Desde hace más de 100 años, el pilar del tratamiento primario de las mordeduras de serpiente es la administración de antivenenos. Los antivenenos actúan reforzando nuestra respuesta inmunitaria tras una mordedura de serpiente. Se fabrican inmunizando a animales donantes, como caballos u ovejas, con venenos de serpiente. Estos animales tienen sistemas inmunitarios robustos y producen potentes anticuerpos que pueden unirse a los componentes del veneno de serpiente, permitiendo que nuestras propias defensas inmunitarias eliminen estas toxinas. Los antivenenos se obtienen recogiendo y luego purificando los anticuerpos del plasma producido por el animal donante. Los antivenenos de buena calidad pueden marcar literalmente la diferencia entre la vida y la muerte.
Sin embargo, el potencial del tratamiento con antivenenos para contribuir de forma significativa a controlar eficazmente la carga de morbilidad, discapacidad y mortalidad por mordedura de serpiente se ha visto limitado por una serie de factores:
- Marcos reglamentarios deficientes para los antivenenos, ausencia de normas de referencia apropiadas y falta de experiencia y capacidad en los laboratorios nacionales de control de medicamentos;
- Inversión inadecuada en investigación y desarrollo que permita mejorar la seguridad, la eficacia y la efectividad clínica del producto;
- Ausencia de especificaciones mínimas para la neutralización de la letalidad general y las actividades tóxicas específicas de los antivenenos que reflejen las definiciones de eficacia clínica en mercados definidos;
- Sistemas de creencias tradicionales que asocian el envenenamiento por mordedura de serpiente con acontecimientos sobrenaturales, en lugar de relacionados con la salud;
- Erosión sostenida de la confianza en los productos antiveneno debido a la escasa formación del personal sanitario, a la comercialización de productos de mala calidad, inseguros o ineficaces, y a otros factores;
- Deficiencias del sistema sanitario, infraestructura inadecuada y distribución ineficiente de los antivenenos;
- Un ciclo de consecuencias impulsado por la escasa inversión en la adquisición, la mala calidad y la especificidad de algunos antivenenos que erosiona las ventas, hace descender la producción, reduce la rentabilidad, hace subir los precios y hace descender la accesibilidad, lo que perpetúa el declive del mercado y expulsa a los fabricantes del sector de suministro de antivenenos.
La consecuencia de estos y otros problemas ha sido más dramática en el África subsahariana, donde la fabricación local de antivenenos siempre ha sido inadecuada para las necesidades del continente. Los principales productores multinacionales de antivenenos han citado la competencia de productos inferiores (y a veces menos costosos) como la razón de su abandono de la producción para el África subsahariana. La pérdida de productos eficaces y su sustitución por productos de baja calidad y productos que no han sido evaluados adecuadamente antes de su penetración en el mercado, ha agravado el colapso de la confianza en el uso de los antivenenos entre los trabajadores sanitarios. Además, la escasez de datos sobre el número y el tipo de mordeduras de serpiente, y la dificultad para establecer con precisión las evaluaciones de las necesidades futuras de productos antivenenos específicos en cada país, desalienta aún más la participación de los principales fabricantes farmacéuticos.
- Ciclo de declive del mercado de antivenenos
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