Una mujer de 17 años y 74 kg de peso ingirió un «bocado» de un frasco de 12 onzas de formulación ocular de tetrahidrozolina al 0,05%. La paciente tenía una infección leve de las vías respiratorias superiores y creyó erróneamente que el frasco contenía un remedio genérico para la tos y el resfriado. Informó que la cantidad ingerida fue de unos 10 a 15 mL. La historia clínica incluía palpitaciones en el pecho y metoprolol 25 mg de formulación de liberación prolongada tomado una vez al día (la última dosis 22 horas antes).
Al llegar al servicio de urgencias (ED) 25 minutos después de la ingestión, la paciente estaba aletargada pero orientada, con habla lenta y ataxia. Se quejaba de mareos, dolor de cabeza y congestión sinusal. Los signos vitales eran: temperatura de 97,5 °F, pulso de 39 latidos/minuto, frecuencia respiratoria de 16 respiraciones/minuto y PA de 153/90 mmHg; oxímetro de pulso de 98%. La exploración reveló unas pupilas de 6 mm y una orofaringe húmeda, pero, por lo demás, no presentaba ninguna anomalía. La familia trajo el frasco de solución genérica de tetrahidrozolina, al que, tras una inspección visual, parecía faltarle menos de una onza. El paciente fue ingresado para observación y recibió una infusión intravenosa de 100 mL/h de solución de NaCl al 0,9%. No se realizó ninguna otra intervención. No se realizó un electrocardiograma de 12 derivaciones, pero una tira de ritmo mostró bradicardia sinusal con una frecuencia de 45 latidos/minuto; no se observaron otras disritmias durante la monitorización cardiaca continua. Los resultados de las pruebas químicas y hematológicas de rutina no fueron notables, excepto por la glucosa en sangre de 174 mg/dL y los 17.800 glóbulos blancos. El análisis cualitativo de drogas en orina fue negativo para cocaína, tetrahidrocannabinol, anfetaminas, barbitúricos, benzodiazepinas, opiáceos, metadona y fenciclidina. Durante las 36 horas siguientes, la paciente siguió experimentando somnolencia, bradicardia e hipotensión ortostática (Tabla 1). Fue dada de alta a su casa 38 horas después de la ingestión y se perdió el seguimiento. Se ordenó reiniciar el metoprolol 25 mg una vez al día la tarde siguiente al alta (48 horas después de la ingestión).
Publicado en línea:
20 de enero de 2009
Tabla 1. Cronología del efecto clínico de la ingestión de tetrahidrozolina
La absorción de tetrahidrozolina, con efectos adversos sistémicos, puede producirse tanto desde la mucosa nasal como desde el tracto gastrointestinal tras la administración intranasal (7,8). Los informes clínicos sugieren que la tetrahidrozolina comparte los efectos agonistas de los receptores alfa2 presinápticos de las otras imidazolinas (3-6). Los efectos clínicos de la ingestión de tetrahidrozolina incluyen somnolencia, coma, depresión respiratoria, bradicardia, hipotensión, hipotonía, flacidez muscular e hipotermia (3-6,9-11). En nuestra paciente hubo una hipertensión y bradicardia iniciales, seguidas de una hipotensión ortostática persistente. También hubo una depresión temprana y persistente del SNC. Los efectos adversos de la tetrahidrozolina pueden incluir efectos cardiovasculares persistentes, incluyendo hipotensión y bradicardia, durante 36 horas. No está claro si la cefalea persistente de la que informó nuestra paciente estaba relacionada con la tetrahidrozolina o con la congestión sinusal existente, ya que la cefalea no se había comunicado anteriormente. Además, nuestra paciente tenía antecedentes de palpitaciones en el pecho, pero no se informó de arritmias o palpitaciones durante su estancia de 36 horas en la UCI.
La ingestión en nuestra paciente se estimó en 67 a 102 mcg/kg de tetrahidrozolina, equivalente a una ingestión de 2 a 3 mL de la concentración estándar de 0,05% de venta libre en un niño de 16 kg. Esto es coherente con informes anteriores de toxicidad significativa con cantidades similares. (3-5,12).
En resumen, informamos de un caso de efectos cardiovasculares y neurológicos persistentes, que duraron hasta 36 horas tras la ingestión involuntaria de una solución ocular de tetrahidrozolina al 0,05%.