De los tres apóstoles que componían el círculo íntimo de los discípulos de Jesús (Pedro, Santiago y Juan), somos los que menos sabemos del apóstol Santiago. Sabemos, sin embargo, que el apóstol Santiago era el hermano mayor del apóstol Juan y que el nombre de su padre era Zebedeo (el nombre de su madre era Salomé.)
James, su hermano Juan, Pedro y Andrés eran todos socios en un negocio de pesca antes de ser llamados por Cristo Jesús para seguirle. Zebedeo también era socio del negocio.
Hay pruebas de que Santiago era primo hermano de Jesús el Mesías y que lo conocía desde la infancia. Se cree que su madre Salomé era la hermana de la madre de Jesús, María.
No se sabe mucho de su ministerio después de la resurrección de Jesús. Se cree, sin embargo, que vivió otros 14 años antes de su martirio. De hecho, el apóstol Santiago fue el primer apóstol que sufrió el martirio. Por orden de Herodes Agripa I, Santiago fue decapitado en Jerusalén en torno a la fiesta de la Pascua, el año 44 d.C.
Se cree que dentro de este período de 14 años, Santiago visitó a los colonos y esclavos judíos en España para predicar el Evangelio.
Se ha dicho que cuando el apóstol Santiago fue conducido a la muerte, un hombre que había presentado falsas acusaciones contra él caminó con él hasta el lugar de la ejecución. Sin duda esperaba ver a Santiago pálido y asustado, pero lo vio, en cambio, brillante y alegre, como un conquistador que había ganado una gran batalla. El falso testigo se asombró mucho de esto y se convenció de que el Salvador en el que creía el prisionero a su lado debía ser el verdadero Dios o no podría impartir tal alegría y valor a un hombre a punto de morir. El hombre mismo, por lo tanto, se convirtió al cristianismo y fue condenado a morir con el apóstol Santiago ( ambos fueron consecuentemente decapitados en el mismo día y con la misma espada.)
Cerca del mismo período, Timón y Parmenas (dos de los siete diáconos originales) sufrieron el martirio ( el primero en Corinto y el segundo en Filipos en Macedonia.)