A la edad de 17 años, Bobby Flay abandonó la escuela secundaria. Pasó el tiempo sirviendo helados en Baskin Robbins y trabajando en una pizzería (vía Money Inc). Ese fue el primer contacto real de Flay con la industria alimentaria, una industria que acabaría convirtiéndole en multimillonario. La estrella de Food Network ha recorrido un largo camino desde sus días en Baskin Robbins. Ha estado en todas partes, desde la televisión hasta la lista de Best Sellers del New York Times, y ha acumulado una enorme fortuna.
Aunque Flay no terminó oficialmente la escuela secundaria, recibió su G.E.D., y en 1984 pasó a formar parte de la primera promoción del Instituto Culinario Francés antes de abrir su primer restaurante, Mesa Grill, en la ciudad de Nueva York en 1991. Aunque el local original de Manhattan cerró en 2013, un segundo Mesa Grill en el Caesars Palace de Las Vegas lleva funcionando desde 2004. Flay ha seguido ampliando su imperio de restaurantes, incluyendo la introducción de la cadena de varias ciudades Bobby’s Burger Palace. Según la CNBC, Flay posee 20 restaurantes en todo el país (a fecha de mayo de 2019).
Entre que se hace un nombre en la industria de la restauración, Flay ha aparecido en múltiples programas de televisión, liderando 14 series para Food Network y convirtiéndose en una de sus marcas más visibles. Es más conocido por su paso por Iron Chef, que abandonó famosamente en 2018 tras una relación intermitente de 17 años con el programa. El personaje televisivo de Flay lo ha hecho tan exitoso que su sueldo por una sola aparición pública puede llegar a ser de unos 100.000 dólares (vía Vanity Fair).
Flay también ha publicado 10 libros de cocina, ha invertido en la empresa de comida congelada Daily Harvest (vía Forbes) y, según su página web, incluso se ha metido en la industria del fitness con Bobby Flay Fit. Todo esto ha hecho que el célebre chef tenga un patrimonio neto estimado en 30 millones de dólares.
No está mal para alguien que abandonó la escuela secundaria, pero, ya sabes lo que dicen: El dinero no puede comprar la felicidad, y aparentemente para Flay tampoco puede comprar amigos. Flay es conocido por hacer lo que quiere, cuando quiere, y por eso no siempre ha sido el favorito de los fans. Hay muchos chefs famosos a los que tampoco les gusta demasiado. Sin embargo, tiene una persona con la que siempre puede contar: su hija Sophie. Sophie ha aparecido como invitada en los programas de cocina de Flay e incluso tiene una receta con su nombre (vía Food Network). Con todo lo que tiene en marcha, Flay parece estar demasiado ocupado construyendo un imperio y criando a su hija como para preocuparse por las reacciones. El saldo de su cuenta bancaria probablemente también ayuda a curar las heridas.