Resumen
La enfermedad anorrectal se refiere a las dolencias del ano y/o del recto. En consecuencia, las afecciones más comunes incluyen las hemorroides, las verrugas anales, las fisuras anales, los abscesos anorrectales y las fístulas anales.
Hemorroides
Las hemorroides se desarrollan cuando los tejidos del recto y del ano se hinchan e inflaman. En consecuencia, cuando se localizan las hemorroides suelen estar dentro del ano (hemorroides internas) o en la zona que lo rodea (externas). Así, las causas más comunes de las hemorroides son:
- Edad
- Embarazo
- Obesidad
- Esfuerzo al ir al baño
- Levantar objetos pesados
- Diarrea crónica
- Estreñimiento crónico
Los síntomas incluyen dolor, inflamación y picor.
Dados estos puntos, el tratamiento para los casos leves de hemorroides puede incluir baños de asiento, compresas frías, analgésicos y medicamentos tópicos de venta libre. Otro punto clave, para las hemorroides crónicas, hay varias opciones como el vendaje de hemorroides, las inyecciones y la coagulación infrarroja. Por último, las opciones quirúrgicas como la hemorroidectomía y el grapado se reservan para los casos más graves.
Verrugas anales
El condiloma, o verrugas anales, está causado por el virus del papiloma humano (VPH) y se forma en la piel que rodea el ano. Además, hay muchos tipos de virus del papiloma. En consecuencia, algunos tipos desarrollan verrugas en las manos y los pies, mientras que otros causan verrugas genitales y anales. Por último, muchas personas no se quejan de ninguna complicación de las verrugas anales. En cambio, otras se quejan de picor, sangrado o humedad en la zona anal.
El tratamiento de las verrugas anales incluye la cauterización, las pomadas o un tipo especial de ácido (podofilina o ácido bicloracético). Además, son necesarios varios tratamientos para curar las verrugas anales. Por último, aunque se hayan «eliminado» las verrugas, el virus puede permanecer en los tejidos de la piel. Por último, son necesarias visitas de seguimiento durante varios meses.
Fisuras anales
Las fisuras anales son pequeños desgarros en el revestimiento del ano. Estos desgarros pueden deberse a las deposiciones duras y secas, a la diarrea y a la inflamación. Los síntomas incluyen picor, dolor y sangrado.
Las fisuras superficiales se curan solas, pero las más profundas pueden afectar al músculo del esfínter subyacente en el canal anal y no se curan correctamente. En el caso de las fisuras crónicas, el médico intentará determinar la causa de las fisuras y tratar cualquier afección subyacente. Los tratamientos pueden incluir baños de asiento, anestésicos tópicos o una dieta rica en fibra.
Absceso anorrectal
Cuando las glándulas anales se infectan, las bacterias o la materia fecal pueden entrar en los tejidos circundantes y crear un absceso anorrectal. Esta infección llena de pus la zona que rodea el ano o el recto y provoca dolor, hinchazón, irritación de la piel y fiebre.
Si tiene la enfermedad de Crohn, colitis u otra enfermedad inflamatoria del intestino, tiene un mayor riesgo de desarrollar abscesos anorrectales. Los abscesos suelen tratarse en la consulta del médico con anestesia local. El médico hace una abertura en la piel cerca del ano y drena el pus, que es la causa del dolor. El drenaje del absceso alivia el dolor y la presión, y la mayoría de las personas encuentran alivio después del procedimiento. Los abscesos más grandes o profundos pueden requerir una operación.
Fístula anal
Aproximadamente la mitad de los abscesos anorrectales se convierten en una fístula, un canal anormal que une las glándulas anales infectadas con la abertura de la piel alrededor del ano. Después de que el médico drene el absceso, el canal entre la glándula anal y la abertura de la piel no siempre se cura. El drenaje recurrente a través del canal puede causar la formación de una fístula. Los síntomas de una fístula anal son similares a los de un absceso anorrectal:
- Hinchazón
- Irritación de la piel
- Drenaje del pus
- Fiebre
A diferencia de los abscesos anorrectales, las fístulas no suelen causar dolor, pero pueden producir drenaje de material fecal.
Dados estos puntos, el tratamiento de una fístula es la cirugía. Esto implica cortar una pequeña parte del músculo del esfínter anal para abrir el pasaje y unir la apertura externa e interna. De este modo, la fístula puede curarse desde dentro hacia fuera. Con una curación adecuada, la fístula no debería volver a aparecer.
Si tiene alguno de los síntomas mencionados anteriormente, pida cita para ver a su médico. Puede ser desagradable hablar de ello, pero los médicos pueden tratar la mayoría de las enfermedades anorrectales.