El Senado de EEUU ha aprobado a la primera mujer directora de la CIA, a pesar de su papel en el programa de interrogatorios de la agencia de espionaje posterior al 11-S.
La confirmación de Gina Haspel en una votación de 54 a 45 se produce después de una lucha partidista entre los senadores sobre el uso de técnicas como el waterboarding por parte de la CIA en la época de Bush.
La Sra. Haspel, veterana de la CIA, supervisó en su día un llamado sitio negro en Tailandia tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El anterior jefe de la CIA, Mike Pompeo, se marchó para convertirse en Secretario de Estado de EEUU.
El senador republicano John McCain -que fue torturado durante sus más de cinco años en una prisión vietnamita- había anunciado antes su oposición a la candidata del presidente estadounidense Donald Trump.
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El jueves, seis demócratas cruzaron las líneas del partido para votar a su favor.
Uno de ellos, el senador de Virginia Mark Warner, dijo que Haspel le había dicho que la agencia nunca debería haber recurrido a las llamadas técnicas de interrogatorio mejoradas.
Dijo que ella se había comprometido a no utilizar nunca esos métodos aunque el presidente lo exigiera.
«Creo que es alguien que puede y se enfrentará al presidente, que dirá la verdad al poder si este presidente le ordena hacer algo ilegal o inmoral, como la vuelta a la tortura», dijo en un discurso antes de la votación.
Dos republicanos -Jeff Flake y Rand Paul- votaron en contra de Haspel, lo que significa que no habría sido confirmada sin el apoyo de los demócratas.
Antes de la votación, el presidente republicano del Comité de Inteligencia del Senado, Richard Burr, dijo que la confirmación de una mujer como jefa de la CIA enviaría un mensaje importante.
«Muchos otros que han servido, o están sirviendo actualmente, han roto el techo de cristal en la agencia. Gina está preparada para romperlo», dijo.
«Puede ser imposible medir la importancia de ese avance, pero sé que enviará una señal a la fuerza de trabajo actual y a la fuerza de trabajo del futuro de que toda una vida de compromiso con la agencia puede ser y será recompensada».
La Sra. Haspel, de 61 años, es una veterana de 33 años en la agencia y pasó la mayor parte de su carrera como operativa encubierta.
En 2002, fue seleccionada por la agencia para dirigir un «sitio negro» en Tailandia donde se utilizaban duras técnicas de interrogatorio que un informe del Senado consideró como tortura.
Un sospechoso que fue llevado allí, Abd al-Rahim al-Nashiri, fue maltratado con métodos que posteriormente fueron prohibidos por el presidente Barack Obama.
Al-Nashiri, que fue interrogado después de que la Sra. Haspel asumiera el cargo, también fue sometido a la privación del sueño, a la desnudez, a temperaturas extremas, a ser mantenido en una pequeña caja y al «walling» (ser golpeado repetidamente contra una pared).
Tres años más tarde, la Sra. Haspel ordenó la destrucción de 92 cintas de vídeo que documentaban los interrogatorios a los que fueron sometidos él y Abu Zubaydah, que también estuvo retenido en el puesto tailandés.
Al menos 119 hombres fueron torturados por EE.UU. tras los atentados contra el World Trade Center y el Pentágono, según un informe del Senado de 2014.
Los grupos de derechos humanos afirman que Haspel abandonó Tailandia para supervisar más torturas de EE.UU., pero no está claro qué papel desempeñó ya que su historial exacto ha sido clasificado por la CIA.
El Sr. Trump ha pedido anteriormente que EE.UU. reanude el ahogamiento de los sospechosos de terrorismo.
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