Las mujeres infectadas con gonorrea en el momento del parto pueden transmitir la infección a su recién nacido.
En algunos casos, la gonorrea puede transmitirse en una fase más temprana del embarazo y puede ser responsable de un parto prematuro o mortinato. Afortunadamente, esta complicación es muy rara.
Debido a los riesgos potenciales tanto para la madre como para el niño asociados a la infección gonocócica, los médicos recomiendan que todas las mujeres embarazadas se sometan a pruebas de detección de la gonorrea al menos una vez durante el embarazo.
El tratamiento de la gonorrea durante el embarazo requiere una cita con el médico, ya que varios antibióticos utilizados para tratar la gonorrea no se consideran seguros para su uso durante el embarazo.
Hasta 2015, todos los bebés nacidos en Quebec debían recibir gotas antibióticas en los ojos al nacer como medida preventiva contra la conjuntivitis neonatal, una inflamación de los ojos causada por la bacteria responsable de la gonorrea (o clamidia). Sin embargo, el descenso de esta infección en Norteamérica llevó al Ministerio de Sanidad de Quebec a derogar el apartado de la ley que ordenaba a los médicos administrar este fármaco a los recién nacidos.
En lugar de esta práctica, el Ministerio recomienda aplicar la Guide québécois de dépistage des ITSS (Guía quebequense de cribado de las ITSS), que ofrece consejos para el cribado sistemático de las ITSS durante la evaluación prenatal de todas las mujeres embarazadas.
Estas pruebas de cribado pueden repetirse según sea necesario, en función de la actividad sexual de la mujer embarazada o de su(s) pareja(s).