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Discusión

La prevalencia de la espiroquetosis varía entre el 2,5% y el 16% en los países occidentales y es considerablemente mayor en el mundo en desarrollo.1,2 La espiroquetosis afecta hasta el 5% de las personas sanas y hasta el 30% de los hombres homosexuales sin evidencia de inmunodeficiencia.3,4 Se ha sugerido que el contacto sexual y los antecedentes de contacto oral-anal son una vía de infección en adultos homosexuales.5 La incidencia de la espiroquetosis colorrectal oscila entre el 1% y el 10%.3,6 No está claro si las espiroquetas que colonizan el colon son verdaderos patógenos.3 Algunos informan de la falta de asociación entre los síntomas gastrointestinales específicos y la ausencia de inflamación de la mucosa a pesar de la presencia de espiroquetas.6 Esta observación es hasta cierto punto paralela a la infección por Helicobacter pylori del tracto gastrointestinal superior, ya que no todas las personas infectadas manifiestan enfermedad ulcerosa, inflamación o síntomas clínicos. En algunos casos, las espiroquetas pueden pasar de ser organismos comensales entéricos a patógenos oportunistas7 , debido a factores como el aumento de la virulencia del microorganismo asociado o la disminución de las defensas del huésped, lo que provoca una respuesta inflamatoria de éste. Se han descrito varios casos de diarrea6,8 , colitis invasiva y hepatitis9 , y hemorragia rectal10 ; por tanto, los pacientes con espiroquetosis pueden presentar estos síntomas4. La espiroquetosis también se ha asociado a la apendicitis, pero en la mayoría de los casos, la espiroquetosis es un hallazgo incidental sin un correlato clínico claro.11

La espiroquetosis colónica es una enfermedad causada por las bacterias Gram negativas Brachyspira aalborgi y Brachyspira pilosicoli. Brachyspira pilosicoli induce la enfermedad tanto en humanos como en animales, mientras que Brachyspira aalborgi sólo afecta a los humanos y a los primates superiores. Ni Brachyspira pilosicoli ni Brachyspira aalborgi han sido bien caracterizados en términos de funciones celulares básicas, patogenicidad o genética.12 La literatura hasta la fecha sugiere que las espiroquetas intestinales humanas son heterogéneas, y se requieren más refinamientos en la clasificación. Se ha demostrado una estrecha similitud fenotípica entre los aislados humanos y las espiroquetas intestinales porcinas no patógenas.13 No se ha cultivado ningún organismo común en un gran número de casos de espirochaetosis, pero se detectó una secuencia específica de Brachyspira aalborgi mediante la reacción en cadena de la polimerasa en el 62,5% de los pacientes con espirochaetosis.14

Las espiroquetas son difíciles de cultivar en medios de cultivo y no se detectan mediante el examen rutinario de las heces,15 por lo que el diagnóstico suele requerir una muestra de biopsia del colon. Los hallazgos histológicos típicos en la muestra de biopsia incluyen un crecimiento en forma de banda de espiroquetas adheridas a la superficie luminal del colon, lo que da un aspecto de borde de cepillo acentuado. Para visualizar los organismos se utilizan tinciones especiales, como la de Giemsa, la de ácido periódico-Schiff y la de plata,7 aunque la mayoría de los casos pueden identificarse fácilmente en secciones satinadas con hematoxilina y eosina. Las espiroquetas pueden colonizar o infectar el colon proximal o distal. La ausencia de espiroquetas en una muestra de biopsia rectal, por ejemplo, no descarta una infección más proximal.11

Se ha demostrado que el tratamiento con metronidazol elimina las espiroquetas.16,17 Sin embargo, el tratamiento podría no conducir a la mejora de los síntomas. En la mayoría de los casos, el paciente puede ser observado sin tratamiento antibiótico. Dependiendo de la gravedad de los síntomas presentados y de los hallazgos clínicos, se puede realizar un ensayo terapéutico.18 Nuestro paciente fue tratado originalmente con penicilina G, que no es el antibiótico de elección para la espirochaetosis, por lo que no es sorprendente que siguiera teniendo síntomas después de recibir penicilina. La relevancia de la mesalamina no está clara en nuestros pacientes. La mesalamina puede reducir la inflamación colónica y mejorar la diarrea en la enfermedad inflamatoria intestinal, y postulamos que esto ocurrió en nuestro paciente. No se dispuso de un seguimiento más prolongado, por lo que es difícil determinar si los síntomas del paciente respondieron realmente al tratamiento con mesalamina.

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