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La asociación entre el virus del papiloma humano (VPH) y las enfermedades de la cabeza y el cuello es un tremendo problema contemporáneo. Al observar la gran cantidad de datos procedentes de numerosas fuentes sobre el VPH y los tumores de cabeza y cuello, se podría pensar que el VPH sólo está relacionado con las enfermedades de la mucosa oral. Sin embargo, la asociación entre el VPH y los papilomas sinonasales se conoce desde hace muchos años y en ningún lugar se ve de forma más destacada que cuando se habla de la fisiopatología del más pertinaz de los tumores sinonasales, el papiloma invertido (PI). Este tumor sigue siendo la lesión benigna más común de la cavidad nasal, pero, a pesar de ser una infección, se comporta como un tumor agresivo, tanto con destrucción local como con una propensión del 10-15% a la transformación maligna. Aunque se conoce bien el origen del VPH de esta enfermedad, aún queda mucho trabajo por hacer para entender por qué esta variante concreta del papiloma se comporta de la manera única en que lo hace. Este número de la revista American Journal of Rhinology and Allergy (AJRA), contiene tres importantes artículos que examinan directamente este desafiante problema quirúrgico.

Brian W. Rotenberg, M.D., M.P.H., F.R.C.S.C.

En primer lugar, un fascinante artículo de Roh et al.1 demuestra datos contrarios que indican que el tabaquismo, y no la infección primaria por VPH, puede ser la causa principal de la recurrencia de la IP. Los datos específicos del VPH de los grupos de recurrencia frente a los de no recurrencia no son diferentes, mientras que el grupo de fumadores tenía una tasa de recurrencia casi 10 veces mayor. Este hallazgo pone en tela de juicio muchas de las creencias comunes sobre la evolución de esta enfermedad. En segundo lugar, Yamashita et al.2 describen un nuevo marcador de PI, que es el antígeno sérico del carcinoma de células escamosas. Distinguir la PI de la poliposis sinonasal circundante, más rutinaria, puede ser un reto patológico que a menudo requiere una biopsia invasiva. En este artículo se propone un análisis de sangre que puede utilizarse en lugar de la biopsia y que, si se mantiene en futuros trabajos clínicos, tiene el potencial de cambiar drásticamente la forma de diagnosticar la PI. 2 En tercer lugar, Akkari et al3 revisan una serie de presentaciones inusuales de la PI, que confirman lo que muchos clínicos ya saben en el sentido de que mantener una mente abierta a los hallazgos extraños a menudo puede permitirnos llegar a una conclusión sorprendente, y en ninguna parte es esto más cierto que las formas extrañas en que la PI puede presentarse con frecuencia.

La calidad de vida (QOL) y el análisis epidemiológico de los resultados están desempeñando un papel cada vez más importante en la evaluación de los resultados quirúrgicos en todas las facetas de la medicina, y la cirugía endoscópica de los senos paranasales (ESS) no debería ser una excepción. En este número de AJRA, varios artículos se suman al conjunto de conocimientos sobre este tema. Gregurić et al.4 revisan las diferencias de las puntuaciones del Sino-Nasal Outcome Test 22 frente a las escalas de resultados visuales al comparar a los pacientes con y sin poliposis, que mostraron diferencias significativas en la CdV relacionada con la salud entre los dos grupos. Schlosser et al.5 investigaron el creciente reconocimiento de la asociación entre la rinosinusitis crónica (RSC) y otras comorbilidades; en este caso, la de la depresión, que demostró que la depresión puede estar más estrechamente asociada a la RSC de lo que se creía hasta ahora y especialmente en el caso de los pacientes con poliposis. DeConde y Soler6 revisan los datos epidemiológicos que evalúan la carga de enfermedad que la RSC supone para la sociedad y muestran que, aunque los clínicos se centran, según las directrices, en los síntomas específicos de los senos paranasales, los pacientes parecen estar más afectados por las consecuencias de la RSC relacionadas con la salud general. Este novedoso hallazgo tiene implicaciones para la asignación de recursos sanitarios.

Masterson et al.7 comparan los resultados de la CdV de los pacientes sometidos a ESS por sinusitis fúngica y no fúngica, lo que demuestra que los pacientes con el fenotipo de enfermedad más grave asociado a los hongos generalmente experimentan mejores resultados de CdV. Nguyen et al.8 estudian los síntomas residuales tras la ESS, un área intrigante y poco estudiada en la literatura quirúrgica, y descubren que, lamentablemente, las alteraciones olfativas siguen siendo el síntoma que menos mejora de forma fiable. Ahn et al.9 estudian el papel de la desviación septal en los síntomas del asma con una enorme base de población de >8000 pacientes y descubren que la desviación septal se asocia efectivamente con el asma, pero sólo en pacientes con obstrucción nasal. Por último, Chen et al.10 comparan a los pacientes que se someten a una ESS convencional con los que se someten a una ESS extensa en el contexto de una poliposis grave y demuestran que este último grupo tiene mejores resultados; este artículo, por lo tanto, introduce el concepto de que a veces es mejor, de hecho, no ser conservador cuando se opera a pacientes con RSC.10

Otro tema de este número de la AJRA es el de las nuevas pruebas en el contexto de los cuidados perioperatorios de los pacientes que se someten a una ESS. Es bien sabido que el trauma de la SEE a nivel microscópico puede dañar realmente los cilios que la cirugía está diseñada para mejorar funcionalmente. Cassano et al.11 demuestran que el uso de ácido hialurónico, cuando se añade a las duchas nasales después de la ESS, mejora tanto el aclaramiento mucociliar como la regeneración de la mucosa nasal debido a una recuperación más rápida de las células ciliadas deterioradas. Estos datos pueden añadir una nueva rama a los regímenes de cuidados postoperatorios estándar. Miller et al.12 revisan los datos que analizan el impacto de la resección del cornete medio en las hemorragias después de la ESS y concluyen que no hay cambios en el riesgo de hemorragias mayores, pero que los pacientes que toman anticoagulantes tienen un mayor riesgo de hemorragias menores después de la cirugía. Rosen et al.13 realizaron una revisión sistemática del uso de antibióticos en la cirugía endoscópica de la base del cráneo y muestran que, en general, la meningitis es extremadamente rara en los procedimientos endoscópicos en comparación con los abiertos. El artículo de Zelenik et al.14 se suma a la actual controversia sobre la asociación entre el reflujo esofágico y la RSC.

La biología molecular de la RSC sigue siendo un misterio que resulta difícil de desentrañar. En este número de AJRA, varios artículos intentan llenar algunas lagunas de conocimiento. Akkari et al.15 revisan el papel de la tirosina quinasa del bazo en relación con la señalización intracelular en el entorno de la enfermedad inflamatoria. Asimismo, Willis et al.16 investigan el microbioma bacteriano en pacientes con RSC y sus intrigantes hallazgos indican que los hisopos proporcionaron las muestras de microbioma de mejor calidad y que una gran parte de las bacterias identificadas en los senos son sensibles a la DNasa, pudiendo así diferenciar entre bacterias vivas y muertas; estos resultados tienen implicaciones a la hora de evaluar la funcionalidad inmunitaria de los senos.

La cirugía sinonasal pediátrica sigue siendo un tema controvertido, y este número de AJRA se suma al debate. Hamilos17 revisa el papel del aprendizaje basado en problemas en la enseñanza de los estudiantes sobre la RSC pediátrica, Yenigun et al.18 evalúan el papel del cociente entre eosinófilos y linfocitos en la evaluación de los pacientes pediátricos con rinitis, y Cingi et al.19 tratan de evaluar la edad más temprana a la que se puede realizar la septoplastia con seguridad. Todos ellos son artículos interesantes que sin duda estimularán el debate en los círculos pediátricos.

Por último, hay tres artículos interesantes sobre la rinitis en este número de la AJRA. Otsuka et al.20 estudia el papel de la colonización bacteriana en la polinosis del cedro japonés y demuestra que la neutrofilia en estos pacientes puede exacerbar los síntomas. Yenigun et al.21 identifican una posible relación entre el ojo seco y la alergia. Asimismo, Kim et al.22 descubrieron que los efectos inmunológicos de la exposición al plomo pueden ser mayores en personas con sensibilización alérgica.

En nombre del Consejo Editorial, no me cabe duda de que usted, el lector, encontrará este número altamente educativo y relevante para su práctica. Ojalá sigamos trabajando juntos para mejorar nuestro conocimiento de los trastornos sinonasales.

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