¿Se puede utilizar la buspirona con fines recreativos de forma segura?

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La buspirona es un medicamento de prescripción que se utiliza para tratar los trastornos de ansiedad. Está destinado a ser utilizado únicamente para el tratamiento a corto plazo de los síntomas de ansiedad. Ocasionalmente, se utiliza para tratar los síntomas del síndrome premenstrual.

Funciona calmando el sistema nervioso central, aunque no es tan potente como los medicamentos tradicionales contra la ansiedad, como las benzodiacepinas.

No es seguro utilizar buspirona con fines recreativos.

Cómo actúa la buspirona

La buspirona pertenece a la clase de medicamentos llamados azapironas, que son un grupo único de medicamentos contra la ansiedad. Proporcionan efectos terapéuticos iguales a los de los ansiolíticos comunes, como el diazepam, pero no crean efectos depresivos tan fuertes en el sistema nervioso central.
La buspirona no interactúa tan peligrosamente con otros sedantes. Tampoco tiene el mismo potencial de deterioro del funcionamiento psicomotor y cognitivo, cuando se utiliza como se pretende desde el punto de vista médico.

Los científicos explican que la buspirona representa un avance significativo en las opciones de tratamiento farmacológico de la ansiedad. No es probable que se produzca una dependencia física ni el alto riesgo de abuso que conlleva el uso de benzodiazepinas. Buspirona proporciona una alternativa segura y útil a las formas más tradicionales de medicamentos contra la ansiedad.

Efectos a corto y largo plazo

Es habitual experimentar una serie de efectos secundarios al tomar buspirona. Además de aliviar la ansiedad, el medicamento puede tener otros efectos en el organismo. Como con cualquier medicamento, es importante asegurarse de que los beneficios de tomar el fármaco superan los posibles efectos secundarios negativos.

Los efectos secundarios observados al tomar buspirona varían en gravedad desde la inquietud y los dolores musculares hasta los latidos irregulares del corazón y la sobredosis. Los efectos secundarios asociados al uso de buspirona incluyen:

  • Inquietud y nerviosismo
  • Excitación inusual
  • Alteración de la concentración
  • Visión borrosa
  • Sudoración y piel húmeda
  • Diarrea
  • Náuseas y vómitos
  • Boca seca
  • Dolores musculares, dolores, espasmos y calambres
  • Sonidos en los oídos
  • Insomnio, pesadillas o sueños intensos
  • Debilidad

Estos efectos secundarios ocurren ocasionalmente y no suelen requerir atención médica inmediata, aunque vale la pena hablar con un médico sobre ellos. Algunos de los síntomas pueden incluso resolverse por sí mismos a medida que el cuerpo aprende a tolerar mejor la buspirona.
Otros síntomas, sin embargo, son más graves y pueden incluso indicar una sobredosis. Estos síntomas requieren atención médica inmediata:

  • Dolor de pecho
  • Confusión grave
  • Latidos irregulares o rápidos
  • Fiebre
  • Deterioro de la coordinación y debilidad muscular
  • Depresión
  • Erupción cutánea
  • Dolor de garganta
  • Rigidez en brazos y piernas
  • Incapacidad para controlar movimientos del cuerpo
  • Mareos
  • Somnolencia severa
  • Pérdida de conciencia
  • Insuficiencia estomacal
  • Náuseas y vómitos
  • Pupilas contraídas

Si experimenta cualquier síntoma preocupante que sea severo o que no desaparezca por sí solo mientras toma buspirona, póngase en contacto con su médico inmediatamente. Su médico puede ayudarle a determinar el mejor curso de acción para que los síntomas no empeoren o causen más complicaciones.

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Cómo usar la buspirona sin abusar de ella

Debido al riesgo de uso indebido y de experimentar efectos secundarios adversos, la buspirona sólo debe usarse exactamente como lo indique un médico. Tomarla en mayores cantidades, con más frecuencia, durante más tiempo o sólo para colocarse indica un uso indebido del medicamento.
Puede tardar de una a dos semanas en sentir los efectos completos de la buspirona. Si acaba de empezar a tomarla, sea paciente con la dosis y deje que el medicamento haga efecto antes de hacer cualquier cambio.

La dosis que le receten depende de muchos factores. La gravedad de los síntomas, la edad, el peso y los objetivos del tratamiento afectan a la cantidad de medicamento que se le debe administrar.
En general, los adultos suelen empezar tomando 7,5 miligramos dos veces al día. Esta cantidad puede ser aumentada, según sea necesario, por su médico. Sin embargo, las dosis diarias nunca deben superar los 60 mg (miligramos).
La conveniencia de recetar buspirona a los niños debe ser determinada de forma individual por su médico. La mejor manera de utilizar buspirona sin abusar de ella es respetar el programa de dosificación indicado por su médico.

Así mismo, si cree que está preparado para dejar de tomar buspirona, consulte a su médico antes de dejar de tomarla. Es posible que el médico desee reducir la dosis del medicamento para evitar la posibilidad de que experimente síntomas de abstinencia desagradables, aunque los síntomas de abstinencia de la buspirona rara vez se observan.

¿Es la buspirona adictiva?

Los estudios sobre los efectos de la buspirona en seres humanos y animales no han encontrado ningún potencial adictivo para el medicamento. No ha habido ninguna evidencia de que los individuos desarrollen una tolerancia o dependencia física o psicológica del medicamento.
En estudios a doble ciego que evaluaron las preferencias de los participantes con antecedentes de consumo de drogas y alcohol, éstos no demostraron una preferencia estadísticamente significativa por la buspirona frente al medicamento placebo. Cuando se ofrecieron otros medicamentos contra la ansiedad, como metacualona o diazepam, hubo una clara y fuerte preferencia por estos medicamentos sobre el placebo.

Además de la falta de preferencia por la buspirona, que indica un bajo riesgo de adicción, los participantes en los estudios a los que se les administró buspirona regularmente durante un periodo prolongado no mostraron síntomas de abstinencia. Los síntomas de abstinencia indican que un usuario se ha vuelto dependiente de un medicamento y suele ser un paso en el camino hacia la adicción.

Aunque los estudios sugieren que la buspirona no es adictiva, los profesionales sanitarios siguen siendo cautelosos a la hora de recetar el fármaco en exceso. La buspirona actúa produciendo cambios en el sistema nervioso central, por lo que es muy difícil predecir cómo responderá cada individuo a ella.
Todos los médicos deben examinar cuidadosamente a sus pacientes en busca de antecedentes de abuso de drogas y hacer un seguimiento minucioso de todos los pacientes para controlar el desarrollo de tolerancia al fármaco, así como cualquier comportamiento de búsqueda de drogas.

Uso recreativo de la buspirona

Debido a que generalmente se acepta que la buspirona no es adictiva, muchas personas creen que pueden experimentar con ella de forma recreativa sin los mismos riesgos asociados a otros medicamentos de prescripción como las benzodiacepinas y los opioides.

La buspirona no produce el mismo subidón eufórico que otros medicamentos de venta con receta, por lo que a algunas personas les resulta difícil entender por qué sería una droga considerada para uso recreativo. Las personas que utilizan la buspirona con fines recreativos dicen disfrutar de los ligeros efectos sedantes que ofrece. Otras personas afirman no sentir muchos efectos en absoluto.
Sin embargo, cada droga afectará a cada individuo de forma diferente, por lo que experimentar con la buspirona para drogarse sigue siendo algo peligroso.

Las personas que experimentan con buspirona pueden descubrir que necesitan una dosis alta de la droga para sentir cualquier efecto sedante. Si no sabe cómo reacciona su cuerpo a la buspirona, se está exponiendo a una sedación extrema y a una posible sobredosis.

Buspirona y alcohol

El alcohol es una de las sustancias recreativas de uso más frecuente que se mezcla con otras drogas. Como muchas combinaciones, mezclar buspirona y alcohol es muy peligroso. Ambas sustancias son depresoras del sistema nervioso central y pueden tener efectos nocivos para el organismo cuando se mezclan. Tanto el alcohol como la buspirona pueden provocar sueño, somnolencia y aturdimiento.

Cuando se usan juntos, la buspirona y el alcohol pueden aumentar la gravedad de los efectos del otro. Si está combinando estas sustancias, esté atento a cualquier signo de dificultad para respirar, respiración lenta, alteración del control muscular y alteraciones del juicio y la memoria. La mezcla de estas sustancias aumenta en gran medida sus posibilidades de sobredosis y la necesidad de atención médica de urgencia.

Uso seguro de Buspirona

El uso recreativo de cualquier droga nunca se considera seguro. Experimentar con medicamentos de forma distinta a la prescrita por un médico le expone a efectos secundarios negativos y consecuencias imprevistas.

Si un médico le ha recetado buspirona, úsela exactamente como se indica. Si no le ha recetado buspirona un profesional médico, no la tome. El uso recreativo puede ser peligroso.

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