Émile Durkheim
La alienación social fue descrita por el sociólogo francés Émile Durkheim a finales del siglo XIX con su concepto de anomia. La anomia describe la falta de normas sociales o la ruptura de los lazos sociales entre un individuo y sus vínculos comunitarios, lo que da lugar a la fragmentación de la identidad social. Según Durkheim, cuando uno está atrapado en un estado de anomia en la sociedad, no tiene parámetros a los que agarrarse y, en consecuencia, no puede situarse en esa sociedad, por lo que queda socialmente a la deriva y aislado. Durkeim escribe que la anomia es común cuando la sociedad circundante ha sufrido cambios significativos en sus fortunas económicas, ya sea para bien o para mal, y más generalmente, cuando hay una discrepancia significativa entre las teorías ideológicas y los valores comúnmente profesados, y lo que es realmente practicable en la vida cotidiana. Durkheim escribía en una época de súbita industrialización y de desplazamiento masivo de las familias de las zonas rurales a las urbanas. Los cambios socioculturales asociados a dicho traslado contribuyeron a que los individuos se sintieran incómodos con sus nuevos entornos, y sintieran que no podían situarse fácilmente en un orden social.
Los principios generales esbozados por Durkheim en sus descripciones de la anomia pueden verse en cualquier contexto social, incluido el nuestro. Los debates actuales sobre la alienación social y la anomia aparecen en muchas críticas sociales de un mundo cada vez más tecnológico. Muchos críticos populares y estudiosos se han preguntado si el desarrollo de una socialidad más robusta y tecnológica, a través de mecanismos como Facebook y los sitios de juegos multijugador en línea, puede aproximarse a las mismas consecuencias positivas de la socialización más tradicional, cara a cara.