¿Quién era Ana Frank?
Annelies Marie «Ana» Frank fue una famosa diarista nacida en Alemania y víctima del Holocausto en la Segunda Guerra Mundial. Su obra, El diario de Ana Frank, ha sido leída por millones de personas.
Huyendo de la persecución nazi a los judíos, la familia se trasladó a Ámsterdam y posteriormente se escondió durante dos años. Durante este tiempo, Frank escribió sobre sus experiencias y deseos. En 1945, la familia fue encontrada y enviada a campos de concentración, donde Frank murió a la edad de 15 años.
Familia de Anne Frank
La madre de Frank era Edith Frank. Su padre, Otto Frank, fue teniente del ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial, convirtiéndose más tarde en empresario en Alemania y Holanda. Ana tenía una hermana llamada Margot, tres años mayor que ella. Otto fue el único miembro de su familia inmediata que sobrevivió a los campos de concentración.
Anne Frank en la escuela en 1940
Foto: Fotógrafo desconocido; Collectie Anne Frank Stichting Amsterdam (Sitio web Anne Frank Stichting, Ámsterdam) , vía Wikimedia Commons
Vida temprana y educación
Frank nació el 12 de junio de 1929 en Fráncfort, Alemania. Los Frank eran una típica familia judía-alemana de clase media-alta que vivía en un barrio tranquilo y religioso cerca de las afueras de Fráncfort. Pero ella nació en vísperas de cambios dramáticos en la sociedad alemana que pronto perturbarían la vida feliz y tranquila de su familia, así como las vidas de todos los demás judíos alemanes.
Debido en gran parte a las duras sanciones impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial, la economía alemana pasó por terribles dificultades en la década de 1920. Durante los últimos años de la década de 1920 y los primeros de la década de 1930, el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (Partido Nazi), virulentamente antisemita, liderado por Adolf Hitler, se convirtió en la principal fuerza política de Alemania y consiguió el control del gobierno en 1933.
«Recuerdo que ya en 1932 pasaban grupos de soldados de asalto cantando ‘Cuando la sangre judía salpica el cuchillo'», recordó Otto más tarde.
Huida a Ámsterdam
Cuando Hitler se convirtió en canciller de Alemania el 20 de enero de 1933, los Frank se dieron cuenta inmediatamente de que era el momento de huir. Se trasladaron a Ámsterdam, Holanda, en el otoño de 1933.
Otto dijo más tarde: «Aunque esto me dolió profundamente, me di cuenta de que Alemania no era el mundo, y dejé mi país para siempre»
Frank describió las circunstancias de la emigración de su familia años después en su diario: «Como somos judíos, mi padre emigró a Holanda en 1933, donde se convirtió en director general de la empresa holandesa Opekta, que fabrica productos para hacer mermelada.»
Después de años de soportar el antisemitismo en Alemania, los Frank se sintieron aliviados al volver a disfrutar de la libertad en su nueva ciudad natal, Ámsterdam. «En aquellos días, era posible empezar de nuevo y sentirnos libres», recordaba Otto.
Frank comenzó a asistir a la Sexta Escuela Montessori de Ámsterdam en 1934, y durante el resto de la década de 1930, vivió una infancia relativamente feliz y normal. Frank tenía muchos amigos, holandeses y alemanes, judíos y cristianos, y era una estudiante brillante y curiosa.
Ocupación nazi de los Países Bajos
El 1 de septiembre de 1939, la Alemania nazi invadió Polonia, iniciando un conflicto global que se convertiría en la Segunda Guerra Mundial. El 10 de mayo de 1940, el ejército alemán invadió los Países Bajos. Los holandeses se rindieron el 15 de mayo de 1940, marcando el inicio de la ocupación nazi de los Países Bajos.
Como Frank escribió más tarde en su diario, «Después de mayo de 1940, los buenos tiempos fueron escasos; primero fue la guerra, luego la capitulación y después la llegada de los alemanes, que es cuando empezaron los problemas para los judíos»
A partir de octubre de 1940, los ocupantes nazis impusieron medidas antijudías en los Países Bajos. Los judíos debían llevar una estrella de David amarilla en todo momento y observar un estricto toque de queda; también se les prohibió tener negocios. Frank y su hermana fueron obligados a trasladarse a una escuela judía segregada.
Otto consiguió mantener el control de su empresa cediendo oficialmente la propiedad a dos de sus socios cristianos, Jo Kleiman y Victor Kugler, mientras seguía dirigiendo la empresa entre bastidores.
Esconderse en la casa de atrás
El 5 de julio de 1942, Margot recibió una citación oficial para presentarse en un campo de trabajo nazi en Alemania. Al día siguiente, los Frank se esconden en un espacio vacío en la parte trasera del edificio de la empresa de Otto, al que llaman «la casa de atrás».
Los Frank estaban acompañados en su escondite por el socio de Otto, Hermann van Pels, así como por su mujer, Auguste, y su hijo, Peter. Los empleados de Otto, Kleiman y Kugler, así como Jan y Miep Gies y Bep Voskuijl, les proporcionaron comida e información sobre el mundo exterior.
Las familias pasaron dos años escondidas, sin salir ni una sola vez de la parte oscura, húmeda y secuestrada del edificio.
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Campo de Concentración
El 4 de agosto, 1944, un oficial de la policía secreta alemana, acompañado de cuatro nazis holandeses, irrumpió en la Casa de atrás y arrestó a todos los que se escondían allí, incluidos Frank y su familia. Habían sido traicionados por una denuncia anónima, y la identidad de su traidor sigue siendo desconocida hasta el día de hoy.
Los residentes de la Casa de atrás fueron enviados al campo de Westerbork, un campo de concentración en el noreste de Holanda. Llegaron en un tren de pasajeros el 8 de agosto de 1944. En medio de la noche del 3 de septiembre de 1944, fueron trasladados al campo de concentración de Auschwitz, en Polonia. Al llegar a Auschwitz, los hombres y las mujeres fueron separados. Esta fue la última vez que Otto vio a su mujer y a sus hijas.
Después de varios meses de duro trabajo transportando pesadas piedras y esteras de hierba, Frank y Margot fueron trasladados de nuevo. Llegaron al campo de concentración de Bergen-Belsen, en Alemania, durante el invierno, donde la comida era escasa, las condiciones sanitarias eran pésimas y las enfermedades proliferaban.
A su madre no se le permitió ir con ellos. Edith enfermó y murió en Auschwitz poco después de llegar al campo, el 6 de enero de 1945.
La muerte de Anne Frank
Frank y su hermana Margot enfermaron de tifus a principios de la primavera de 1945. Murieron con un día de diferencia en marzo de 1945, sólo unas semanas antes de que los soldados británicos liberaran el campo de concentración alemán de Bergen-Belsen donde estaban internadas. Frank tenía sólo 15 años en el momento de su muerte, uno de los más de un millón de niños judíos que murieron en el Holocausto.
Al final de la guerra, el padre de Frank, Otto, único superviviente de los campos de concentración, regresó a su casa en Ámsterdam, buscando desesperadamente noticias de su familia. El 18 de julio de 1945, se encontró con dos hermanas que habían estado con Frank y Margot en Bergen-Belsen y les comunicó la trágica noticia de su muerte.
El Diario de Ana Frank
El anexo secreto: cartas del diario del 14 de junio de 1942 al 1 de agosto de 1944 fue una selección de pasajes del diario de Frank que fue publicada el 25 de junio de 1947 por su padre Otto. El Diario de una joven, como se suele llamar en inglés, se ha publicado desde entonces en 67 idiomas. Se han realizado innumerables ediciones y adaptaciones de la obra al cine y al teatro en todo el mundo, y sigue siendo uno de los relatos de primera mano más conmovedores y leídos de la experiencia judía durante el Holocausto.
El 12 de junio de 1942, los padres de Frank le regalaron un diario de cuadros rojos por su 13º cumpleaños. Ese mismo día escribió su primera entrada, dirigida a una amiga imaginaria llamada Kitty: «Espero poder confiarte todo, ya que nunca he podido confiar en nadie, y espero que seas una gran fuente de consuelo y apoyo»
Durante los dos años que Frank pasó escondida de los nazis con su familia en la Casa de atrás de Ámsterdam, escribió extensas entradas diarias en su diario para pasar el tiempo. Algunas revelan la profundidad de la desesperación en la que ocasionalmente se hundía durante el día tras día de confinamiento.
«He llegado a un punto en el que apenas me importa vivir o morir», escribió el 3 de febrero de 1944. «El mundo seguirá girando sin mí, y de todos modos no puedo hacer nada para cambiar los acontecimientos». El acto de escribir permitió a Frank mantener su cordura y su ánimo. «Cuando escribo, puedo sacudirme todas mis preocupaciones», escribió el 5 de abril de 1944.
Cuando Otto regresó a Ámsterdam de los campos de concentración al final de la guerra, encontró el diario de Frank, que había sido guardado por Miep Gies. Finalmente reunió fuerzas para leerlo. Quedó asombrado por lo que descubrió.
«Se reveló una Ana completamente diferente a la niña que había perdido», escribió Otto en una carta a su madre. «No tenía ni idea de la profundidad de sus pensamientos y sentimientos».
Por todos sus pasajes de desesperación, el diario de Frank es esencialmente una historia de fe, esperanza y amor frente al odio. «Si hubiera estado aquí, Ana habría estado muy orgullosa», dijo Otto.
El diario de Frank perdura, no sólo por los extraordinarios sucesos que describió, sino por sus extraordinarias dotes como narradora y su infatigable espíritu incluso en las circunstancias más horribles.
«Me resulta totalmente imposible construir mi vida sobre una base de caos, sufrimiento y muerte», escribió el 15 de julio de 1944. «Veo que el mundo se transforma lentamente en un desierto; oigo el trueno que se acerca y que, un día, nos destruirá a nosotros también. Siento el sufrimiento de millones de personas. Y sin embargo, cuando miro al cielo, siento de alguna manera que todo cambiará para mejor, que esta crueldad también terminará, que la paz y la tranquilidad volverán una vez más»
Además de su diario, Frank llenó un cuaderno con citas de sus autores favoritos, historias originales y el comienzo de una novela sobre su tiempo en la Casa de atrás. Sus escritos revelan a una adolescente con creatividad, sabiduría, profundidad de emociones y poder retórico muy por encima de su edad.
Las páginas ocultas del diario de Anne Frank &Chistes sucios
En mayo de 2018, los investigadores descubrieron dos páginas ocultas en el diario de Frank que contenían chistes sucios y «asuntos sexuales», que la adolescente cubría con papel marrón pegado. «A veces imagino que alguien podría venir a mí y pedirme que le informe sobre asuntos sexuales», escribió Frank en holandés. «¿Cómo lo haría?».
Frank trató de responder a estas preguntas como si hablara con una persona imaginaria, utilizando frases como «movimientos rítmicos» para describir el sexo y «medicamento interno», en alusión a la anticoncepción.
Frank también escribió sobre su ciclo menstrual, diciendo que es «una señal de que está madura», dedicó espacio a «chistes verdes» y se refirió a la prostitución: «En París tienen grandes casas para eso».
Las páginas estaban fechadas el 28 de septiembre de 1942 y formaban parte de su primer diario, el que destinaba sólo para ella. «Es realmente interesante y añade significado a nuestra comprensión del diario», dijo Ronald Leopold, director ejecutivo de la Casa de Ana Frank. «Es un comienzo muy prudente para que se convierta en escritora».
La Casa de Ana Frank
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, la Casa de atrás estaba en una lista de edificios que debían ser demolidos, pero un grupo de personas de Ámsterdam hizo una campaña y creó la fundación que ahora se conoce como la Casa de Ana Frank. La casa conservó el escondite de Frank; hoy es uno de los tres museos más populares de Ámsterdam.
En junio de 2013, la Casa de Ana Frank perdió un juicio contra el Fondo de Ana Frank, después de que este demandara a la Casa para que le devolviera los documentos relacionados con Ana y Otto Frank. El diario físico de Frank y otros escritos, sin embargo, son propiedad del Estado holandés y están en préstamo permanente a la Casa desde 2009.
En 2015, los Fonds, titulares de los derechos de autor del diario de Frank, perdieron una demanda contra la Casa de Ana Frank después de que esta iniciara una nueva investigación científica sobre los textos en 2011.
En 2009, el Centro Ana Frank de Estados Unidos puso en marcha una iniciativa nacional denominada Proyecto Sapling, en la que se plantaron arbolitos de un castaño de 170 años de antigüedad que Frank amaba desde hacía mucho tiempo (como se indica en su diario) en 11 lugares diferentes de todo el país.