Política de la época
REVOLUCIONARIO ARMADO
REVOLUCIONARIO EN EL PODER
RADICALIZACIÓN DE LA REVOLUCIÓN
Juego nuclear y relaciones con los soviéticos
Período especial
Líder revolucionario
Bibliografía
Fidel Castro, cubano de primera generación, nació el 13 de agosto de 1926 en el seno de una rica familia de agricultores de la región oriental de Oriente. Sus 11.000 hectáreas producían madera, caña de azúcar y ganado. Su padre había emigrado desde Galicia, España, mientras que su madre, campesina y religiosa, había nacido en Cuba de padres españoles. Ambos padres aprendieron a leer y escribir, aunque ninguno fue a la escuela. Fidel Castro era uno de seis hijos.
Cuando Castro tenía tres años, la depresión económica mundial golpeó la Cuba rural. De 1929 a 1933 la isla experimentó una amplia agitación social y política, que culminó cuando Fulgencio Batista (1901-1973), un sargento, lideró una revuelta militar que puso en el poder a un gobierno radical. Batista, a instancias del embajador estadounidense, lo derrocó y siguió dominando la política cubana hasta 1959.
Castro fue inicialmente a una pequeña escuela rural. A los seis años, en 1932, se fue a un internado católico privado en Santiago de Cuba. Más tarde fue a la principal escuela secundaria jesuita de élite, el Colegio Belén, en la capital cubana, La Habana. De los sacerdotes españoles aprendió la autodisciplina. En 1943 fue premiado como el mejor atleta de secundaria del país. En los recreos de la escuela, visitaba la granja de la familia y leía a sus padres y trabajadores informes periodísticos sobre la Guerra Civil española (1936-1939) o la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En el conflicto español, su familia apoyó a Francisco Franco (1892-1975).
INICIANDO LA POLÍTICA
En septiembre de 1945, con diecinueve años, Castro ingresó en la Universidad de La Habana. El campus fue su trampolín hacia la política nacional. Justo el año anterior, las elecciones nacionales habían permitido al Partido Revolucionario Cubano (PRC), también conocido como Partido Auténtico, establecer un gobierno. El PRC prometió importantes reformas sociales y una mayor independencia nacional. Castro se involucró inmediatamente en la tumultuosa política de la época. Estudiantes y profesores transformaron los cursos en discusiones sobre los problemas sociales, económicos y políticos de Cuba.
En 1947 participó en la creación de un nuevo partido político populista, el Partido del Pueblo Cubano, o Partido Ortodoxo, que se había separado del PRC. Los ortodoxos compartían los mismos valores que el PRC, pero afirmaban que el gobierno del Auténtico no había cumplido con las reformas prometidas y, en cambio, se había corrompido por completo.
A principios de su vida, Castro había absorbido ideas anticapitalistas basadas en el pensamiento conservador de la contrarreforma católica. Mientras asistía a la escuela secundaria, descubrió los escritos revolucionarios nacionalistas y antiimperialistas y la biografía del patriota cubano José Martí (1853-1895). En la Universidad de La Habana conoció obras radicales, entre ellas las del filósofo político alemán Karl Marx (1818-1883) y el líder comunista ruso Vladimir Lenin (1870-1924). Afirma que en esos días se convirtió en un socialista utópico y cita a Martí como su principal influencia.
Durante sus años universitarios, de 1945 a 1950, Castro fue un activista político. En septiembre de 1947 se unió a una fuerza expedicionaria armada compuesta por cubanos y exiliados de la República Dominicana que pretendía derrocar al gobierno del dictador Rafael Leónidas Trujillo (1891-1961). La invasión no llegó a producirse. Al año siguiente, en abril de 1948, como representante de la Asociación de Estudiantes de Derecho de Cuba, Castro acudió a un Congreso de Estudiantes Universitarios Latinoamericanos en Bogotá, Colombia, que coincidió con el inicio de la Organización de Estados Americanos por parte de Estados Unidos y el advenimiento de la guerra civil en Colombia. El líder populista de la oposición fue asesinado. Durante dos días, Castro participó en algunas de las primeras escaramuzas armadas, y luego regresó a casa. Ambos incidentes indican que, al igual que muchos contemporáneos en Cuba, se identificó con las luchas políticas de la región. También participó en una organización política que promovía la independencia de Puerto Rico. Para entonces había adquirido contactos de por vida con partidos y líderes políticos progresistas latinoamericanos.
Se graduó en 1950 con una licenciatura en derecho, habiéndose especializado en derecho internacional y ciencias sociales. Sus principales intereses eran la política, la sociología, la historia, la teoría y la agricultura. Como líder estudiantil, comentarista de radio y periodista político de investigación, desarrolló un importante número de seguidores entre los jóvenes. El Partido Ortodoxo reconoció sus habilidades oratorias y organizativas y lo propuso para las elecciones nacionales al Congreso previstas para junio de 1952. Sin embargo, el 10 de marzo de 1952, los militares, dirigidos por Batista, dieron un segundo golpe de estado, acabando con las esperanzas de que la política electoral pudiera reformar la isla y poniendo en crisis el sistema constitucional cubano.
REVOLUCIONARIOS ARMADOS
Al igual que muchos otros reformistas políticos, los jóvenes ortodoxos se convirtieron en revolucionarios comprometidos, organizándose clandestinamente para derrocar a los nuevos gobernantes militares. El 26 de julio de 1953, civiles dirigidos por Castro atacaron el cuartel Moncada de Santiago de Cuba, el segundo más grande del país. El ataque fracasó. Algunos hombres murieron en el enfrentamiento; otros fueron capturados y luego asesinados. Los supervivientes acabaron en la cárcel. Desde el verano de 1953 hasta mayo de 1955, Castro estuvo encarcelado en la Isla de Pinos, pero siguió organizando a sus asociados dentro y fuera de la prisión. También leyó sobre asuntos políticos, económicos y sociales. A mediados de mayo de 1955 se concedió a los moncadistas una amnistía política. Batista esperaba que esa medida le diera legitimidad. No lo hizo. Mientras tanto, al cumplir el tiempo, Castro se había convertido en uno de los principales líderes de la oposición nacional en Cuba.
Pasó de mayo de 1955 a noviembre de 1956 en el exilio en México, donde organizó y entrenó una fuerza guerrillera. El 2 de diciembre de 1956, ochenta y dos hombres que se habían embarcado en el puerto mexicano de Tuxpan días antes desembarcaron en Cuba en la parte sur de Oriente. La insurgencia guerrillera había comenzado. Los guerrilleros se hicieron con el control de importantes porciones de territorio, lanzaron una reforma agraria, reclutaron campesinos y crearon un conjunto alternativo de instituciones políticas. Castro transmitía diariamente desde una emisora rebelde de onda corta. Desde la Sierra Maestra coordinó la lucha militar y política. Entre 1957 y 1958 los guerrilleros lograron construir un frente popular multiclasista contra la dictadura.
El 31 de diciembre de 1958, el régimen militar y la maquinaria política de Batista se derrumbaron. Fue un hecho inédito en América Latina: una insurgencia rural que derrotó a una fuerza militar regular apoyada por el gobierno de Estados Unidos.
REVOLUCIONARIOS EN EL PODER
El 1 de enero de 1959, menos de seis años después del inicio de la oposición abierta al régimen de Batista, las fuerzas revolucionarias de Castro tomaron el poder. La revolución cubana estaba a punto de comenzar. Las cuestiones fundamentales de cómo se organizarían las instituciones de la sociedad y cuál sería la relación con Estados Unidos y América Latina pronto se convirtieron en cuestiones primordiales al fracturarse la alianza multiclase que había apoyado a la guerrilla. Una parte de la burguesía y de las clases medias quería volver a un gobierno constitucional sin afectar a las instituciones sociales y económicas. Sin embargo, los campesinos sin tierra y los desempleados estacionales, entre otros, estaban a favor de cambios radicales.
Además, los revolucionarios cubanos eran conscientes de los procesos políticos que se desarrollaban en Asia, África y Oriente Medio. Mientras Estados Unidos y la Unión Soviética estaban inmersos en la guerra fría, los países del tercer mundo se enfrentaban a los acuciantes problemas de la independencia nacional, la integración, la descolonización y el desarrollo socioeconómico. Algunas de esas mismas cuestiones debían abordarse en Cuba.
Incluso antes de que los guerrilleros abandonaran la Sierra Maestra, el gobierno estadounidense trató de impedir que tomaran el poder. Además, Estados Unidos dio refugio político a los batistianos, permitiéndoles saquear el tesoro nacional de Cuba. En enero de 1959, las fuerzas derechistas de Batista, exiliadas en Estados Unidos, comenzaron a realizar ataques por aire y por mar, pero el gobierno estadounidense hizo la vista gorda. Las relaciones exteriores entre los dos gobiernos se deterioraron rápidamente.
Los moderados y los radicales del nuevo régimen revolucionario descubrieron inmediatamente la interconexión de la política interior y exterior. El intento de distribuir tierras a los sin tierra creó una confrontación con Estados Unidos porque las mejores tierras eran propiedad de corporaciones estadounidenses. El aumento de los salarios también afectó a las empresas de propiedad estadounidense. La política de importación-exportación afectó a las empresas que se dedicaban precisamente a eso, en su mayoría estadounidenses. Además, la administración del presidente Dwight D. Eisenhower (1953-1961) no tenía ninguna intención de renunciar a los privilegios estadounidenses de los que se disfrutaba desde 1898.
No obstante, los nacionalistas cubanos pretendían conseguir una independencia sin precedentes. Cualquier intento de reformar las instituciones sociales, económicas y políticas de Cuba crearía una confrontación entre los dos países. La oposición estadounidense sólo contribuyó a la radicalización del proceso revolucionario.
Cuba tenía una economía monoexportadora, con un solo comprador importante (Estados Unidos), un alto desempleo cíclico anual y mucha desigualdad social. Cuba era un país pobre y subdesarrollado, aunque diferente en un aspecto de otros estados-nación del Caribe. Al estar el capitalismo cubano tan vinculado a las inversiones estadounidenses, los esfuerzos nacionalistas por controlar los recursos del país se equipararon fácilmente con el anticapitalismo. Las empresas cubanas no salieron a la palestra para defender sus intereses diferenciándose de los intereses estadounidenses. Más bien, el capital cubano vinculó su política y su destino al gobierno de Estados Unidos.
RADICALIZACIÓN DE LA REVOLUCIÓN
El primer régimen revolucionario cubano desarrolló una triple estrategia: una redistribución progresiva de los ingresos, un cambio radical en el sistema de propiedad y una reducción de los principales costes diarios (como la comida, el alquiler, el transporte y los servicios públicos) para beneficiar a las clases bajas. Esto dio como resultado un mayor apoyo político entre las clases bajas y una reducción de los ingresos y la riqueza de las clases altas, disminuyendo así sus recursos disponibles para la actividad contrarrevolucionaria.
A medida que esta radicalización avanzaba, los moderados dentro de la coalición revolucionaria se unieron a la oposición o se exiliaron. Muchos miembros de las profesiones hicieron lo mismo. A medida que el país perdía personal cualificado, el Estado centralizaba aún más los recursos políticos, administrativos y económicos. Ante la escasez de expertos, el régimen revolucionario se apoyó en los de confianza política, normalmente personas radicales, incluidos los comunistas. Estas tendencias exacerbaron aún más el clima político y las relaciones con el gobierno de Estados Unidos.
Para marzo de 1960, Estados Unidos había iniciado programas formales encubiertos para derrocar al gobierno y matar a sus líderes. En abril de 1961, una invasión del exilio cubano (Bahía de Cochinos) fue organizada, entrenada, financiada y dirigida por la Agencia Central de Inteligencia. El hecho de que fuera derrotada por los cubanos reforzó el compromiso de Estados Unidos de derrocar a los revolucionarios. La administración de John F. Kennedy (1961-1963) tomó más represalias organizando una segunda fuerza expedicionaria e imponiendo un embargo económico en febrero de 1962.
Juego nuclear y relaciones con los soviéticos
La Habana y Moscú respondieron instalando subrepticiamente armas nucleares tácticas en la isla en 1962. Curiosamente, Castro instó a los soviéticos a anunciar al mundo que los misiles iban a ser instalados como una cuestión de derecho soberano por parte de La Habana. El primer ministro soviético, sin embargo, no escuchó su consejo.
Entre abril de 1961 y marzo de 1962, Castro destituyó a comunistas prosoviéticos clave de puestos críticos en el gobierno y la economía mientras se llevaban a cabo las negociaciones con Moscú sobre la instalación de misiles. Después de octubre de 1962, debido a la forma en que los soviéticos manejaron la resolución de la Crisis de los Misiles (los cubanos no fueron informados de las negociaciones), las relaciones se enfriaron. La Habana realizó numerosos movimientos para afirmar públicamente su independencia. Los soviéticos soportaron que Cuba cuestionara su posición sobre el conflicto chino-soviético, sobre la política electoral de los partidos comunistas en América Latina, los métodos de construcción del socialismo y la importancia de una política basada en perspectivas morales y no materialistas. La Habana, en otras palabras, estaba a la izquierda de Moscú. Así fueron las tensas relaciones hasta 1972.
De 1972 a 1985, en materia interna Cuba siguió políticas acordes con el modelo soviético, pero Castro construyó una política exterior que desafiaba a los soviéticos. Este fue el caso de Angola (1975), Etiopía (1977), Nicaragua (1979) y una organización internacional llamada Movimiento de los No Alineados (MNA; 1979). En 1980, Moscú informó a La Habana de que no defendería a la isla si las fuerzas militares estadounidenses la atacaban. A partir de ese momento, Cuba tuvo que desarrollar su propia doctrina y estructura militar. A partir de entonces, la distancia política e ideológica entre los dos países creció, a pesar de que la isla dependía de los subsidios económicos soviéticos.
De 1985 a 1990, Castro elaboró una crítica al viejo modelo soviético al tiempo que rechazaba las reformas del líder soviético Mijail Gorbachov. El gobierno de Moscú respondió reduciendo aún más la ayuda.
Periodo especial
La desaparición del bloque soviético entre 1989 y 1991 tuvo importantes implicaciones internas en Cuba. Inició el período económico más difícil de la historia de la isla, el llamado Período Especial.
Estados Unidos aprovechó esa coyuntura para aumentar el aislamiento económico de Cuba. Fue un logro extraordinario que el régimen de Castro adaptara sus políticas y sobreviviera. Además, para el año 2000 la isla había comenzado a recuperar lentamente los niveles económicos de los que había disfrutado a principios de la década de 1980.
Para romper con las políticas de aislamiento impuestas por Estados Unidos y al mismo tiempo distanciarse de los soviéticos, Cuba desarrolló una política exterior global. Castro cultivó una relación personal con líderes políticos, sociales y culturales clave de África, Asia y América Latina. Entre sus amigos cercanos se encuentran progresistas nacionalistas como Nelson Mandela (nacido en 1918; Sudáfrica), Lázaro Cárdenas (1895-1970; México), Omar Torrijos (1929-1981; Panamá), Juan Bosch (1909-2001; República Dominicana), Salvador Allende (1908-1973; Chile), Daniel Ortega (nacido en 1945; Nicaragua), Juan Domingo Perón (1895-1974; Argentina), Sékou Touré (1922-1984; Guinea), Ahmed Ben Bella (1918; Argelia), Luiz Inácio Lula da Silva (1945; Brasil), João Goulart (1918-1976; Brasil), Josip Broz Tito (1892-1980; Yugoslavia), Jawaharlal Nehru (1889-1964; India), y muchos otros. La más estrecha de todas las asociaciones ha sido entre Castro y Hugo Chávez (nacido en 1954), presidente de Venezuela desde 1999. El mayor reconoció las cualidades revolucionarias del venezolano ya en 1994. Los dos tienen historias nacionales similares, con una fuerte dependencia de la movilización de masas. Chávez, sin embargo, alcanzó y ha mantenido el poder político a través de la política electoral. Además, aunque el más joven respeta al mayor de los estadistas, existe una reciprocidad única de respeto e influencia. Castro proporciona asesoramiento político y táctico, y los recursos económicos de Venezuela han permitido a Chávez ayudar a Cuba a superar la crisis económica iniciada en 1991. Las ideas radicales y revolucionarias y la organización han sido ampliadas por su alianza más allá de lo que Castro podría haber imaginado.
En 1961 se estableció el Movimiento de los No Alineados en Belgrado, Serbia. Cuba fue el único país de América Latina que fue miembro fundador. En 2007 el MNOAL contaba con 118 países del tercer mundo. Dos veces ha sido elegido Castro para dirigir la organización, una marca explícita de estima por el ejemplo político y las perspectivas estratégicas del revolucionario cubano. Así, Cuba se ha identificado con el internacionalismo desinteresado, enviando ayuda, por ejemplo, a Angola, Mozambique, Nicaragua, Granada, Venezuela, Argelia, Vietnam del Norte, Etiopía, Pakistán y Haití.
Una vez desaparecida la Unión Soviética y sus aliados de Europa del Este, el gobierno de La Habana diseñó políticas más activistas hacia las naciones del tercer mundo, proporcionándoles el capital humano que la isla había logrado crear, especialmente profesores, médicos, dentistas y técnicos. En enero de 2007, Cuba tenía relaciones diplomáticas con 183 países.
Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba han pasado por diferentes períodos, pero nunca han sido amistosas. Las relaciones diplomáticas plenas fueron rotas por Estados Unidos en enero de 1961. Trece meses después, las transacciones económicas normales fueron terminadas por Washington. Sólo durante la administración del presidente Jimmy Carter (1977-1981) hubo un breve periodo en el que se restablecieron algunos lazos diplomáticos y se reanudaron los viajes entre ambos países. Sin embargo, durante el gobierno de George W. Bush (a partir de 2001), los viajes a la isla desde Estados Unidos estuvieron muy restringidos, incluidos los viajes familiares y académicos. Cuba no puede utilizar el dólar estadounidense en ninguna transacción internacional, ni recibir créditos internacionales, ni utilizar ninguna institución bancaria vinculada al capital estadounidense. También se presiona a terceros fuera de Estados Unidos para que no realicen intercambios comerciales con la isla. El grado de apoyo financiero de Estados Unidos a la oposición ha aumentado, y el bloqueo/embargo económico se ha intensificado. Cada año, la Asamblea General de las Naciones Unidas vota abrumadoramente en contra de la política estadounidense, pero ésta se mantiene.
Líder revolucionario
Castro ha sido el principal estratega, oficial ejecutivo, ideólogo y macromanager del régimen revolucionario. Ha sido el principal líder, portavoz y constructor de coaliciones de la revolución. Apoyándose en la referencia histórica, el ejemplo y la metáfora, ha enseñado que la acción es el mejor educador. Nacionalista radical, integró a Martí y a Marx. Su pensamiento político se basa en valores éticos más que en la teoría materialista. Ha sincronizado las tradiciones socialistas europeas con las costumbres del tercer mundo, reconociendo al mismo tiempo que cada país debe encontrar su propio camino. Se ha ocupado de la teoría del desarrollo, la construcción de la nación, el internacionalismo, la deuda externa, la globalización, el desarrollo sostenible, la justicia social, la construcción de partidos y la psicología humana. Desde los años 50, su estrategia política ha hecho hincapié en la unidad de los revolucionarios. La movilización de masas ha sido un instrumento constante y ha incluido la campaña de alfabetización, la vacunación infantil, la creación de una milicia territorial y las campañas anticorrupción.
Desde 1959 los recursos se han concentrado en las zonas rurales y en los pueblos pequeños, y la ciudad de La Habana ha sufrido. Se ha desarrollado una ideología de derechos inherentes y derechos con un sistema que proporciona educación universal, atención sanitaria y dental, cuidado de los niños y servicio de entierro de forma gratuita. El Estado también asume la responsabilidad de proporcionar empleo o dar apoyo financiero a los desempleados. Cuba es uno de los países más educados del tercer mundo, con una esperanza de vida de 77,5 años y una tasa de mortalidad infantil de 6,5 por cada 1.000 nacidos vivos (en enero de 2007). La educación y la sanidad se llevan el 23% del producto interior bruto. El número de bibliotecas, escuelas, hospitales y presas aumentó espectacularmente desde 1959 hasta mediados de la década de 1980. Los alimentos se subvencionan desde 1962, pero también se racionan. Al igual que las bibliotecas prestan libros, también hay centros que prestan instrumentos musicales sin coste alguno. En todos los municipios hay clubes de informática cuyo acceso es gratuito. El 13% de la población se beneficia de la seguridad social universal, y el 4,2% recibe cheques de asistencia social.
El sistema político ha pasado de su alta dependencia original del liderazgo carismático basado en organizaciones populares de masas (1959-1976) a un régimen político formal institucionalizado en el que los funcionarios son elegidos directamente por la población, sin campañas ni candidatos propuestos por el Partido Comunista. Aun así, la autoridad carismática siguió funcionando para equilibrar y controlar el estado administrativo. El contacto de Castro con la población, iniciado en 1959 a través de mítines de masas, se ha mantenido. Ha sido la fuerza unificadora e integradora entre facciones dispares de la familia revolucionaria.
Cuba no permite que los partidos políticos alternativos o una oposición política publiquen abiertamente materiales políticos. Sin embargo, treinta y dos publicaciones católicas sí expresan posiciones contrarias al gobierno, aunque de manera sutil. La dirigencia política sostiene, basándose en el Documento Federalista No. 8 del padre fundador de Estados Unidos, James Madison (1751-1836), que la amenaza externa que representan las políticas del gobierno de Estados Unidos -incluyendo la confrontación, el aislamiento, la invasión, la ayuda financiera a los opositores dentro de la isla y un embargo económico que ha durado más de cuatro décadas- no ofrecen mucho espacio para una oposición política.
A finales de julio de 2006, Castro había transferido el poder político, de forma provisional, a su hermano y a otras personas en lo que constituye el establecimiento de un liderazgo colectivo. La pregunta para la mayoría de los observadores extranjeros es si la revolución cubana sobrevivirá a la muerte de su líder. La historia lo dirá.
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BIBLIOGRAFÍA
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Nelson P. Valdés