Por Bill McAllister, corresponsal en Washington
Ante la continua oposición en el Congreso, el Servicio Postal de Estados Unidos ya no pretende poner fin a las entregas de correo los sábados.
El subdirector general de Correos, Ron Stroman, hizo la revelación en una reciente reunión con los carteros antes de una audiencia el 21 de enero por el Comité de Seguridad Nacional del Senado.
Los legisladores dijeron a los funcionarios postales que la solicitud de pasar a cinco días de entrega a la semana era «un obstáculo políticamente difícil de superar», según un relato de la reunión publicado por la Asociación para el Comercio Postal.
Como resultado, Stroman dijo que ya no está diciendo al Congreso que las entregas de los sábados son parte de lo que el Servicio Postal quiere que el Congreso termine.
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La revelación se produce cuando la Directora General de Correos, Megan Brennan, se enfrenta a su primera comparecencia pública ante el Congreso como máxima ejecutiva del Servicio Postal.
Es probable que se le pregunte sobre las entregas de los sábados y los esfuerzos continuos del Servicio Postal para mantener el actual sello de primera clase de 49¢.
El precio del sello podría reducirse este año como resultado de las decisiones de la Comisión de Regulación Postal, pero los funcionarios postales han seguido apelando a la cuestión de la tasa en los tribunales federales.
La supresión de las entregas de correo los sábados había sido un elemento clave en los planes de reducción de costes del anterior Director General de Correos, Patrick Donahoe. Afirmó que podría ahorrar más de 3.000 millones de dólares al año poniendo fin al servicio.
Los miembros del Congreso rechazaron esos planes en repetidas ocasiones. Aprobaron una ley que exigía que el USPS no redujera su servicio por debajo de los niveles de 1984.
La decisión de abandonar el plan de eliminación de las entregas de los sábados es una importante victoria para los sindicatos postales.
Habían montado una fuerte campaña contra los recortes propuestos, diciendo que el fin de las entregas de los sábados negaría los servicios que necesitan las personas mayores y los residentes rurales que dependen del correo para los medicamentos recetados y otros artículos.