Los anillos de Saturno: Composición, características y creación

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Saturno, el sexto planeta desde el sol, es uno de los objetivos más fáciles de identificar para los astrónomos, en gran parte debido a su gran y distinto sistema de anillos. Los anillos de Saturno han fascinado a los observadores de estrellas durante siglos, desde que los telescopios apuntaron por primera vez hacia el cielo.

Cuando Galileo Galilei observó por primera vez Saturno en 1610, pensó que los anillos eran enormes lunas, una situada a cada lado del planeta. A lo largo de varios años de observaciones, observó que los anillos cambiaban de forma e incluso desaparecían, al cambiar su inclinación con respecto a la Tierra.

Esta imagen de Cassini, en la que Saturno está retroiluminado por el Sol, muestra la ubicación de los anillos del planeta, incluido el anillo E. (Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech/SSI)

Ahora sabemos que Galileo estaba observando un «cruce del plano de los anillos». El ecuador de Saturno está inclinado con respecto a su órbita alrededor del sol en 27 grados, similar a la inclinación de 23 grados de la Tierra. A medida que Saturno gira alrededor del sol, primero un hemisferio y luego el otro se inclinan hacia el sol. La inclinación provoca las estaciones, al igual que en la Tierra, y cuando Saturno llega al equinoccio, su ecuador y el plano de los anillos están directamente alineados con el sol. La luz del Sol incide en los anillos de canto, y la fina línea de los anillos es difícil de detectar. Los anillos son anchos – 170.000 millas de ancho (273.600 km) – pero sólo tienen unos 30 pies (10 metros) de grosor.

En 1655, el astrónomo Christaan Huygens sugirió que los extraños cuerpos eran anillos sólidos e inclinados, y en 1660 otro astrónomo sugirió que los anillos estaban formados por pequeños satélites, una idea que no se confirmó durante casi 200 años.

En tiempos modernos, la Pioneer 11 pasó por el plano de los anillos de Saturno en 1979. En la década de 1980, el Voyager 1 y el Voyager 2 vislumbraron el sistema de anillos del planeta.

En 2004, la misión Cassini-Huygens de la NASA se convirtió en la primera en entrar en órbita alrededor de Saturno, realizando observaciones detalladas no sólo del planeta, sino también de su sistema de anillos.

Los detalles de los anillos helados de Saturno son visibles en esta amplia vista de la Cassini del glorioso sistema de anillos del planeta. La extensión total, desde el anillo A hasta el anillo F, cubre aproximadamente 40.800 millas (65.700 km) y fue fotografiada el 26 de noviembre de 2008. (Crédito de la imagen: NASA/JPL/Space Science Institute)

Composición y estructura

Los anillos de Saturno están formados por miles de millones de partículas que van desde granos de arena hasta trozos del tamaño de una montaña. Compuestos predominantemente por hielo de agua, los anillos también atraen meteoroides rocosos mientras viajan por el espacio.

Aunque Saturno parece rodeado por un único anillo sólido cuando lo ve un astrónomo aficionado, existen varias divisiones. Los anillos se nombran alfabéticamente según el orden de descubrimiento. Así, los anillos principales son, desde el más lejano al más cercano, el A, el B y el C. Una brecha de 4.700 kilómetros de ancho, conocida como División Cassini, separa los anillos A y B.

Se han descubierto otros anillos más débiles a medida que ha mejorado la tecnología de los telescopios. El Voyager 1 detectó el anillo D más interno en 1980. El anillo F se encuentra justo fuera del anillo A, mientras que los anillos G y E se encuentran aún más alejados.

Los propios anillos contienen una serie de huecos y estructuras. Algunos han sido creados por las numerosas y pequeñas lunas de Saturno, mientras que otros siguen desconcertando a los astrónomos.

Saturno no es el único planeta del sistema solar que tiene anillos -Júpiter, Urano y Neptuno también contienen débiles sistemas de anillos-, pero con sus satélites que abarcan tres cuartas partes de la distancia entre la Tierra y la Luna (175.000 millas o 282.000 km), es con mucho el más grande y visible.

Teorías de formación

Existen varias hipótesis sobre cómo se formaron los anillos de Saturno. Algunos científicos piensan que cometas o asteroides que pasaban por allí fueron enganchados por la gravedad del planeta y se rompieron antes de alcanzarlo.

Otra posibilidad es que los anillos fueran en su día grandes lunas que entraron en espiral en el planeta. Saturno tiene al menos 62 lunas. Sólo una (Titán) es grande; el resto son cuerpos pequeños. Sólo 13 de las lunas son mayores de 50 km. La gravedad de estas lunas afecta a la estructura de los anillos de Saturno, pero también ofrece información sobre posibles métodos de formación. Si las capas exteriores heladas fueran despojadas, dejando que el núcleo se estrellara contra Saturno, el resultado serían anillos dominados por agua-hielo casi pura.

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