¿Qué es una oclusión de la arteria retiniana?
Las arterias llevan la sangre al ojo y las venas la sacan. Cuando una arteria de la retina se obstruye, toda la retina o parte de ella se queda sin sangre. Este proceso es similar a lo que ocurre cuando alguien sufre un ictus en el cerebro. Sin suministro de sangre, la zona de la retina afectada no puede funcionar bien y esto lleva a la pérdida de una parte o de todo el campo visual. La pérdida de visión suele ser indolora y se produce de forma repentina. Algunos pacientes tienen antecedentes de pérdida de visión transitoria (amaurosis fugax) antes de sufrir una oclusión arterial. Si la arteria principal que alimenta el ojo se bloquea, se denomina oclusión de la arteria central de la retina (OACR). Si se obstruye una de las arterias más pequeñas, se denomina oclusión de rama de la arteria retiniana (BRAO).
¿Por qué tengo una oclusión de la arteria retiniana?
La mayoría de las personas desarrollan una oclusión arterial porque un émbolo se aloja en una arteria que alimenta la retina y bloquea el flujo sanguíneo. El origen de este émbolo suele ser la arteria carótida (en el cuello) o el corazón. Las oclusiones de las arterias de la retina suelen producirse en pacientes de 60 años o más, y son más frecuentes en pacientes con antecedentes de:
– Hipertensión arterial
– Diabetes
– Colesterol alto
– Enfermedad valvular cardíaca
Las causas menos comunes de las oclusiones de las arterias incluyen la inflamación ocular (arteritis de células gigantes), los émbolos de grasa liberados tras una lesión por aplastamiento óseo, el uso de drogas intravenosas y las enfermedades vasculares del colágeno. Si se produce una oclusión arterial en un paciente joven y sano, puede estar indicado realizar pruebas de laboratorio para buscar un trastorno de la coagulación. En raras ocasiones, las mujeres jóvenes que toman anticonceptivos orales pueden sufrir una oclusión arterial.
Evaluación de una oclusión de la arteria retiniana
Podemos detectar una oclusión de la arteria retiniana durante un examen ocular. La retina afectada suele tener un aspecto hinchado y blanco, y a veces es visible una placa en la arteria obstruida. Normalmente se realiza una angiografía con fluoresceína (AF) para estudiar la circulación sanguínea de la retina y determinar completamente el daño causado por la oclusión. Si hay un BRAO, puede realizarse una prueba de campo visual para determinar la extensión del campo visual afectado.