¿Qué son las alcachofas?

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El mayor misterio que rodea a la alcachofa es qué, exactamente, se debe hacer con ella. La alcachofa, o alcachofa de Jerusalén (Helianthus tuberosus), es un tubérculo comestible, en la misma línea que la patata, que crece bajo tierra. Los nativos americanos las cultivaban y se convirtieron en un cultivo popular en Europa tras la colonización de América. A pesar de su nombre alternativo, los sunchokes no tienen nada que ver con Jerusalén ni están relacionados con las alcachofas, aunque saben un poco como ellas.

Los sunchokes se parecen un poco a las grandes perillas de jengibre. Sin embargo, el sabor de la alcachofa de Jerusalén es ligeramente a nuez y sabroso, como un cruce entre un corazón de alcachofa y la mejor patata que jamás haya probado. Encuéntrelas en un mercado de agricultores o en tiendas de comestibles especializadas, ya que es menos probable que aparezcan en los supermercados convencionales.

Cómo cocinar las alcachofas

Una hortaliza versátil, las alcachofas se pueden preparar de la misma manera que cocinaría cualquier otra raíz. Si no está seguro de si le gusta la verdura, pruébela primero hecha puré en una sopa. Así conocerá el sabor de la verdura. Otras formas de cocinar las alcachofas son:

  • Crudas: A diferencia de las patatas, las alcachofas pueden comerse crudas. Ralladas o en rodajas finas, añaden un poco de crujido y textura a una ensalada verde cruda, como la jícama.
  • Al vapor/cocido: Las alcachofas también se pueden cocinar al vapor, hervidas o incluso en el microondas, como las patatas. Hervirlas en agua de 10 a 15 minutos o hasta que estén blandas. Las alcachofas más grandes necesitarán un poco más de tiempo y, al igual que las patatas, puedes trocearlas antes para que se cocinen un poco más rápido. Tienden a ponerse un poco blandas al hervirlas, por lo que es mejor cocinarlas al vapor.
  • Fritas: En rodajas finas, las alcachofas se pueden freír en aceite hasta que se doren. Si se cortan lo suficientemente finas y se salan, sabrán un poco como las patatas fritas.
  • En puré: También como una patata, las alcachofas pueden hacerse puré o cocerse dos veces. Sólo hay que hervirlas para
  • Asarlas: Para asar las alcachofas, córtelas en rodajas finas y úntelas con aceite de oliva antes de ponerlas en la parrilla, o envuélvalas en un paquete de papel de aluminio rociado con aceite.
  • Asadas: Otra opción es asar las alcachofas en el horno. Caliente el horno a 425 grados F, rocíe las alcachofas picadas con aceite, sal y pimienta, y áselas en el horno durante 35 a 45 minutos, o hasta que estén blandas y doradas. Asar las alcachofas les da un sabor dulce y caramelizado que se vuelve un poco crujiente.

¿Se pueden comer las pieles?

Aunque las pieles de las alcachofas de Jerusalén son realmente comestibles, algunas personas encuentran su sabor demasiado terroso. A otros les gusta el sabor natural de las pieles y lo encuentran parte del encanto terroso de la alcachofa. Sin embargo, las pieles son fibrosas, por lo que es mejor recortarlas antes de comerlas o cocinarlas.

Unas palabras de advertencia

Las alcachofas tienen un poco de mala reputación, y por una buena razón: la hortaliza de raíz tiene un alto contenido de inulina, un tipo de carbohidrato que provoca gases e hinchazón. Es más probable que tenga este efecto secundario cuando se sirve cruda, así que vaya despacio las primeras veces que sirva el tubérculo en una ensalada. La cantidad de inulina varía de una alcachofa a otra, y la sensibilidad de cada persona también varía. Por lo tanto, no afectará a todos de la misma manera.

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