El 25 de enero de 1905, en la mina Premier de Pretoria, Sudáfrica, se descubre un diamante de 3.106 quilates durante una inspección rutinaria del superintendente de la mina. Con un peso de 1,33 libras, y bautizado como «Cullinan», era el mayor diamante jamás encontrado.
Frederick Wells se encontraba a 18 pies bajo la superficie de la tierra cuando vio un destello de luz estelar incrustado en la pared justo encima de él. Su descubrimiento fue presentado esa misma tarde a Sir Thomas Cullinan, propietario de la mina. Cullinan vendió entonces el diamante al gobierno provincial del Transvaal, que regaló la piedra al rey británico Eduardo VII como obsequio de cumpleaños. Preocupado por la posibilidad de que el diamante fuera robado en el trayecto de África a Londres, Eduardo dispuso el envío de un diamante falso a bordo de un barco de vapor cargado de detectives como táctica de distracción. Mientras el señuelo avanzaba lentamente desde África en el barco, el Cullinan fue enviado a Inglaterra en una caja sencilla.
Eduardo confió la talla del Cullinan a Joseph Asscher, jefe de la Asscher Diamond Company de Ámsterdam. Asscher, que había tallado el famoso diamante Excelsior, un diamante de 971 quilates encontrado en 1893, estudió la piedra durante seis meses antes de intentar la talla. En su primer intento, la hoja de acero se rompió, sin afectar al diamante. En el segundo intento, el diamante se rompió exactamente como estaba previsto; Asscher se desmayó entonces por agotamiento nervioso.
El Cullinan se cortó posteriormente en nueve piedras grandes y unas 100 más pequeñas, valoradas en millones de dólares en total. La piedra más grande se llama «Estrella de África I» o «Cullinan I» y, con 530 quilates, es el diamante incoloro de calidad más grande del mundo. La segunda piedra más grande, la «Estrella de África II» o «Cullinan II», tiene 317 quilates. Ambas piedras, así como el «Cullinan III», están expuestas en la Torre de Londres con las demás joyas de la corona británica; el Cullinan I está montado en el cetro real del soberano británico, mientras que el Cullinan II se encuentra en la corona imperial de Estado.