Objetivo: Los pacientes son comúnmente remitidos a los cirujanos para la resección quirúrgica de los pólipos que no pueden ser extirpados colonoscópicamente. La repetición de la colonoscopia puede encontrarse con la resistencia tanto del paciente como del endoscopista remitente. Sin embargo, hay dos beneficios distintos. En primer lugar, si la lesión no estaba marcada, el tatuaje facilita la resección laparoscópica. En segundo lugar, y lo que es más importante, muchos de estos pólipos pueden ser extirpados por vía endoscópica por un cirujano colorrectal experimentado, evitando una resección innecesaria del colon. Durante un período de cinco años, hemos revisado la colonoscopia preoperatoria en pacientes que fueron remitidos para el tratamiento quirúrgico de pólipos benignos.
Métodos: Desde enero de 1999 hasta septiembre de 2003 todos los pacientes remitidos para la resección quirúrgica de un pólipo benigno fueron introducidos consecutivamente en una base de datos por un único grupo de cirujanos colorrectales. Todos los pacientes se sometieron a una colonoscopia preoperatoria el día anterior a la resección de colon prevista. Se revisaron las historias clínicas de los pacientes y se registraron los datos demográficos. Se revisaron los informes de remisión y de colonoscopia preoperatoria y todos los resultados de patología para registrar el tamaño del pólipo, la localización, la histología y el tratamiento posterior.
Resultados: En total, se incluyeron 71 pacientes en este estudio. El tamaño medio de los pólipos fue de 24 mm (rango, 10-60 mm). La localización del pólipo determinada por la colonoscopia preoperatoria difería de la localización observada en la colonoscopia de referencia en nueve pacientes (13%). La cirugía se canceló en 23 pacientes (32%), principalmente debido a la polipectomía completa en la colonoscopia preoperatoria. De los 48 que fueron operados, a 23 (47%) se les colocó un tatuaje colónico, a criterio del cirujano. Las lesiones claramente localizadas en el ciego no se tatuaron de forma rutinaria. De los 48 pacientes operados, 45 (94 por ciento) se sometieron a una resección laparoscópica del colon.
Conclusiones: Concluimos que los pacientes remitidos para la resección quirúrgica de un pólipo deberían someterse a una colonoscopia repetida antes de la operación, dado que en nuestro estudio un tercio de los pacientes se ahorraron una colectomía innecesaria. Además, la repetición de la endoscopia por parte del cirujano que opera ofrece la oportunidad de confirmar la localización de la lesión y colocar un tatuaje colónico para facilitar la resección laparoscópica.