Cuando se trata de rupturas de amistad, realmente no se puede evitar el hecho de que va a doler.
¿No es irónico que pasemos tanto tiempo y energía averiguando cómo navegar por el final de las relaciones románticas, cuando a menudo una ruptura de amistad puede sentirse igual de devastadora? Al fin y al cabo, nuestros amigos son nuestras rocas. Son a los que recurrimos cuando las cosas se ponen difíciles y los que más celebran nuestras victorias. Así que no es de extrañar que ver que una de esas relaciones llega a su fin pueda hacerte sentir totalmente perdida.
Ahí es donde entra en juego la coach de vida e intimidad Jules Webber. A través de su trabajo, ayuda a las mujeres a ser dueñas de sus historias y a dar un paso hacia dentro de sí mismas, y las guía a través de todas las emociones desordenadas que pueden surgir al abrir un nuevo capítulo en tu vida. También ha superado una o dos rupturas de amistad, lo que la convierte en una experta en salir del otro lado sintiéndose completa, segura y amada. Aquí comparte sus mejores consejos (y te envía un abrazo virtual si tú también estás en medio de una ruptura de amistad)
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¿Cómo saber cuándo es el momento de terminar una amistad?
Si estás pensando en terminar una amistad, es probable que sea porque ya has pasado tus límites y has comprometido tu bienestar de alguna manera. Después de todo, gravitamos hacia aquellas amistades que reflejan la verdad sobre quiénes somos: ninguna persona es inherentemente tóxica, pero podemos crear dinámicas tóxicas con ellas. Si una amistad te hace sentir ansioso o te impide sentirte sano, puede ser el momento de reevaluarla.
Pues piensa en lo que necesitas experimentar para sentirte feliz, sano y completo. Obtenga claridad sobre qué límites pueden haberse roto, y comprométase a satisfacer sus propias necesidades. Sentirte seguro de esto te ayudará enormemente cuando las consecuencias lleguen inevitablemente.
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¿Cómo puedes terminar una amistad respetuosamente?
Mi consejo número uno es que la comunicación respetuosa lo es todo. Si inicias la ruptura de la amistad y pides un poco de espacio, siempre hazte dueño de lo que es tuyo. Si estás en una relación que necesita terminar o cambiar de marcha, también has jugado un papel en la creación de la dinámica que no está funcionando, así que asúmelo. Eso no significa, sin embargo, que tengas que dar explicaciones.
Sabemos que no dar una explicación puede herir más a la otra persona, por lo que nuestro impulso suele ser decir demasiado. Por eso creo que enviar un correo electrónico para pedir algo de espacio suele ser el mejor camino: tener esa conversación en persona puede ser abrumador, lo que hace que sea fácil decir cosas que no necesitas o que no quieres decir (como prometer que volverás a ponerte en contacto). Lo que sí tienes que reconocer es lo que era bueno en la relación, y tienes que honrar tu integridad y tus propios límites.
Quieres ser capaz de mirar atrás y saber que fuiste amable contigo mismo y con la otra persona.
Si tu amistad existía dentro de un grupo mayor, tu integridad cuando esa amistad llega a su fin lo es todo. No te desahogues, no cuentes historias negativas.
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¿Cómo puedes lidiar con los sentimientos de culpa que acompañan a las rupturas de amistad?
Lo realmente importante es entender de dónde viene esa culpa. Como mujeres, a muchas de nosotras nos han enseñado a no tener límites, así que cuando los estableces, la culpa siempre vendrá porque se siente como si estuviéramos quitando algo a alguien. Pero recuerda: nunca le estás quitando nada a alguien cuando estableces límites.
Lo que me gusta hacer es pensar en ello como un intercambio. Reconoce que estás eligiendo desarrollar la confianza en ti mismo y cuidar de ti. Elegir honrar eso te recordará que los sentimientos de culpa son momentáneos.
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¿Cómo puedes afrontarlo si te ha dejado un amigo?
Esta experiencia puede ser especialmente difícil, porque a menudo saca a relucir nuestras heridas y vergüenza de la infancia. Cuando te dejan, es fácil tomárselo como algo personal y pensar «¿qué he hecho mal?». Pero reconoce que alguien está tomando una decisión por sí mismo, y que en última instancia no se trata de ti. Tienes que reformular el rechazo: el hecho de que elijan otra cosa no significa que te estén rechazando a ti. Están eligiendo algo para ellos mismos, y puede que tú ya no encajes en eso.
Lo mejor que puedes hacer es tener compasión por las partes de ti que se sienten heridas, y asumir tu vulnerabilidad. Cuando no lo haces, puedes crear una negatividad destructiva que no te servirá a ti, ni a nadie. Hazte estas preguntas: ¿Te has mentido a ti mismo sobre esta relación o persona? ¿Hubo momentos en los que las cosas empezaron a no funcionar? Si el final de la amistad te sorprendió, probablemente se deba a que no estabas respetando tus límites de alguna manera, así que este es un buen momento para empezar a hacerlo.
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¿Cómo puedes empezar a sanar tras el final de una amistad?
El proceso de curación comenzará con un profundo malestar. Entre el establecimiento de cualquier límite y el hecho de sentirse increíble por ello hay un espacio que querrás llenar con historias. Administra esa temporada con integridad a la hora de escribir la historia de esa amistad. Honra el hecho de que ambos son humanos, que ambos se han herido mutuamente y a sí mismos, y que ambos necesitan sanar. Permita que el espacio para la curación sea desordenado y recuerde que toda curación ocurre en una práctica intencional de ser amable con usted mismo.
Así que tómese el tiempo para volverse hacia adentro. Pregunta qué necesitas aprender. Descubre los patrones en tus relaciones que pueden necesitar un cambio, y presta atención a dónde necesitas mayor compasión. Llevar un diario puede ser una gran herramienta para esto, pero resiste el impulso de escribir y aferrarte a historias negativas que pueden ser destructivas. Si estás en ese espacio de la cabeza, encuentra una liberación diferente – una clase de kickboxing puede ser justo lo que necesitas.
También ayuda tener muy claro quiénes son tus personas seguras en este proceso. Los amigos comunes no serán las personas con las que puedas procesar esto, porque puede convertirse fácilmente en chismes que profundicen las divisiones. Busca a alguien alejado del grupo que esté preparado para llevar esto contigo: puede ser tu madre, tu hermana, otro amigo o incluso un entrenador como yo. Y recuerda que eres hermosa, digna y completa. Lo tienes!