Un hecho que conocemos desde la infancia: cada copo de nieve es único.
¿No es así?
El experto en copos de nieve de la UW-Madison, el profesor de meteorología Pao Wang, dio suavemente la sombría noticia: «En realidad no. Creo que el dicho es más o menos una forma pintoresca de decir que hay muchas variedades de copos de nieve, miles de tipos diferentes».
Wang estudia cómo la nieve y el hielo se forman en los cirros, las nubes altas y difusas que desempeñan un papel importante en el clima.
Todos los copos de nieve se basan en la forma hexagonal que se produce cuando las gotas de agua se congelan en cristales. Los patrones básicos incluyen placas hexagonales, columnas simples, columnas finas, agujas y formas estelares, cristalinas o ramificadas. Estas formas pueden superponerse para crear construcciones complejas e híbridas que reflejan las condiciones de temperatura y humedad durante su formación. Las condiciones cálidas y húmedas son especialmente propicias para la formación de copos grandes y complejos.
Pero la variedad no es infinita, dice Wang, «te encuentras con algunos copos de nieve que son exactamente iguales a simple vista». Luego, como si quisiera suavizar el agravio a la única y verdadera verdad de la infancia, añade: «Si realmente se quiere entrar en detalles, con un microscopio de alta potencia siempre se puede detectar alguna diferencia, pero no creo que esa sea la intención original del dicho».
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