Edema macular diabético

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El edema macular diabético (EMD) es la causa más común de pérdida de visión en personas con diabetes.

El edema significa retención de líquidos. Cuando la filtración de los vasos provoca la acumulación de líquido en la mácula, en el centro de la retina, se conoce como edema macular diabético. Es una complicación de la retinopatía diabética y da lugar a una afección muy similar a la DMAE húmeda.

El diagnóstico de edema macular diabético puede ser angustioso y preocupante pero, con la información y el apoyo adecuados, las personas pueden afrontarlo muy bien.

La enfermedad es indolora y, aunque el edema macular afecta a la visión central, la visión periférica no se ve afectada. Sin embargo, otras formas de retinopatía diabética pueden afectar a la visión más amplia.

Cómo afecta la diabetes a los ojos

Las personas con diabetes corren el riesgo de sufrir daños en la vista. Para funcionar correctamente, el ojo necesita un suministro constante de sangre. Cuando el control de los niveles de azúcar e insulina en el cuerpo es deficiente, los vasos sanguíneos del ojo se dañan. Los vasos sanguíneos de la retina son especialmente propensos a tener fugas y puede desarrollarse una enfermedad conocida como retinopatía diabética.

Las personas con diabetes deben reducir el riesgo de pérdida de visión acudiendo a su cita anual de revisión ocular para diabéticos.

¿Qué es la mácula?

La mácula es la parte central de la retina (el tejido de la parte posterior del ojo que percibe la luz). La mácula tiene unos 5 mm de diámetro. Es la responsable de nuestra visión central, de nuestra visión del color y de los detalles finos de lo que vemos.

La mácula tiene una gran concentración de células fotorreceptoras que envían señales al cerebro, que las interpreta como imágenes. El resto de la retina procesa nuestra visión periférica o lateral. Los daños en la mácula pueden suponer la pérdida de la capacidad de leer, ver la televisión o reconocer caras.

Síntomas

En las primeras etapas de la diabetes una persona puede no notar ningún efecto en su visión. El daño a la retina se produce a lo largo de muchos años.

Puede afectar a toda la retina, pero cuando el daño sólo provoca pequeñas protuberancias en los vasos sanguíneos de la retina, la vista sigue siendo buena.

Sin embargo, cuando los vasos sanguíneos de la mácula o próximos a ella se dañan, o se produce una hemorragia repentina o una fuga de líquido hacia la mácula, la vista puede empeorar drásticamente.

  • Pueden aparecer manchas oscuras como una mancha en las gafas o huecos en la visión, especialmente a primera hora de la mañana.
  • Los objetos que tiene delante pueden cambiar de forma, tamaño o color o parecer que se mueven o desaparecen.
  • Los colores pueden desvanecerse.
  • Puede encontrar difícil la luz brillante o el deslumbramiento.
  • Puede experimentar dificultad para leer.
  • Las líneas rectas, como los marcos de las puertas y los postes de la luz, pueden aparecer distorsionadas o dobladas.

Si nota un cambio repentino en su visión, póngase en contacto urgentemente con su optometrista o con el oftalmólogo del hospital.

Factores de riesgo

Cuanto más tiempo tenga diabetes, mayor será su probabilidad de desarrollar una pérdida de visión por DMO. Alrededor del 90% de las personas con diabetes tipo 1 tendrán algún grado de retinopatía después de 10 años.

En el caso de las personas con diabetes de tipo 2, la probabilidad de desarrollar algún grado de retinopatía al cabo de 10 años varía entre el 67 y el 80% (es decir, entre dos de cada tres y cuatro de cada cinco), dependiendo de si necesitan tomar insulina.

Más de un tercio de todos los pacientes diabéticos desarrollarán un nivel de gravedad de edema macular que, sin cambios en el estilo de vida de la persona y un mejor control del azúcar en sangre, requerirá tratamiento.

Si su nivel de azúcar en sangre es alto, aumenta el riesgo de desarrollar retinopatía. Pequeños cambios en sus niveles pueden afectar significativamente a su riesgo de desarrollar retinopatía y si además tiene la presión arterial alta, tiene un mayor riesgo de desarrollar retinopatía avanzada. En general, el 7% (alrededor de uno de cada 14) de todas las personas con diabetes desarrollan DMO, lo que dará lugar a una notable pérdida de visión.

Diagnóstico

Si se sospecha de DMO, se le remitirá al hospital oftalmológico para que le hagan pruebas. El especialista del hospital (oftalmólogo) puede utilizar:

  • Gotas oftálmicas para dilatar las pupilas y poder ver claramente el fondo del ojo. Las gotas pueden hacer que su visión sea borrosa y sensible a la luz durante un breve periodo de tiempo, así que considere la posibilidad de llevar a alguien con usted.
  • Exploraciones mediante tomografía de coherencia óptica (OCT) para producir una imagen transversal de la retina.
  • Angiografía con tinte de fluoresceína. Se inyecta un tinte en una vena del brazo. Viaja hasta el ojo, resaltando los vasos sanguíneos de la retina para poder fotografiarlos. El tinte cambiará temporalmente el color de su orina.

Si tiene algún problema de visión entre sus citas, pida consejo inmediatamente a su equipo de atención a la diabetes o a su médico de cabecera. No espere hasta su próxima cita en el hospital.

Tratamiento de la DMO

La DMO puede tratarse si se detecta a tiempo. Se inyectan fármacos en el ojo para detener la fuga de líquido de los vasos sanguíneos. Tras el diagnóstico, los pacientes suelen recibir varias inyecciones durante los primeros meses. A continuación, habrá que realizar revisiones para evaluar cuándo se necesitan más inyecciones.

Las inyecciones no son tan malas como parecen. Se anestesia el ojo y la aguja se introduce en el rabillo del ojo para que el paciente no la vea. Se denominan inyecciones intravítreas. El tratamiento no puede restablecer la vista si ya existe un daño importante en la mácula.

Hay dos fármacos en uso para tratar la DMO: Lucentis® (ranibizumab) y Eylea® (aflibercept). Actúan sobre los vasos sanguíneos de la retina para reducir la fuga de líquido que provoca el edema del ojo.

La frecuencia y el número de inyecciones dependen de cómo responda el paciente al medicamento. Consulte a su oftalmólogo sobre su programa de tratamiento. No se pierda una sesión de tratamiento – cualquier pérdida de visión no se puede recuperar.

Se puede utilizar un tercer fármaco, Avastin® (bevacizumab). Sin embargo, su uso habitual es para tratar el cáncer y no está autorizado en el Reino Unido para el tratamiento del ojo. A algunas personas operadas de cataratas o con una forma particular de DMO se les puede ofrecer una inyección intravítrea de un fármaco esteroide llamado Iluvien® (acetónido de fluocinolona) u Ozurdex® (dexametasona). Son fármacos de liberación lenta que se implantan en el ojo.

Tratamiento con láser

A algunas personas se les puede ofrecer un tratamiento con láser cuando la DMO no afecta al centro de la mácula. Este tratamiento tiene como objetivo estabilizar la visión y generalmente no mejora la vista. Suele implicar una o más visitas a una clínica de láser ambulatoria para el tratamiento por parte de un oftalmólogo.

Antes del procedimiento, se le administrará anestesia local en la superficie del ojo, así como gotas para ensanchar las pupilas. Se le colocará una lente de contacto especial en el ojo para mantener los párpados abiertos y permitir que el rayo láser se enfoque en la retina. El tratamiento con láser no suele ser doloroso, pero puede sentir una sensación de pinchazo agudo.

Protección de los ojos

La diabetes es una enfermedad que dura toda la vida, por lo que mantener un estilo de vida saludable y controlar los niveles de azúcar, presión arterial y colesterol es crucial para evitar daños en los ojos.

Lo siguiente puede ayudar a proteger su vista.

  • Monitoree sus niveles de azúcar en la sangre regularmente, tratando de mantenerse dentro de los límites recomendados por su médico o enfermera.
  • Mantenga un peso y una presión arterial saludables.
  • Consuma mucha fruta y vegetales verdes.
  • Beba sólo una cantidad moderada de alcohol.
  • Haga ejercicio físico con regularidad.
  • No fume.

Es esencial que acuda a sus citas clínicas de diabetes. Su equipo de atención a la diabetes mantendrá y controlará su plan de atención a la diabetes. Asegúrese de que sus ojos se revisan al menos una vez al año para detectar cualquier problema a tiempo.

Si usa gafas o lentes de contacto siga visitando a su óptico con regularidad y dígale al optometrista que es diabético.

Manejar la vida diaria

La pérdida de la visión central a causa de la DMO puede ser muy frustrante y afectar en gran medida a la vida cotidiana. Puede hacer que su visión restante sea más cómoda usando lentes que bloqueen los rayos UV y la luz azul y que reduzcan el deslumbramiento, y usando un sombrero con ala o visera para dar sombra a los ojos de la luz solar directa.

Incluso si está recibiendo tratamiento para la DMO, es importante saber qué hacer si llega a una fase en la que empieza a tener dificultades con las tareas diarias.

Para obtener más información, consulte nuestras Guías prácticas.

Alucinaciones visuales

Algunas personas con DMO experimentan alucinaciones visuales llamadas síndrome de Charles Bonnet. Estas imágenes pueden ser de personas, animales, paisajes o patrones.

Las personas que no han oído hablar del síndrome de Charles Bonnet a menudo se preocupan de que estén desarrollando un problema de salud mental. Sin embargo, en realidad es una respuesta normal del cerebro a la pérdida de la vista. Como llegan menos mensajes al cerebro, las células que normalmente procesan la visión pueden crear imágenes de cosas que no existen.

Pueden ocurrir una o dos veces, o continuar durante varios años y pueden ser angustiosas. Para más información sobre las alucinaciones visuales, llame a nuestro Servicio de Asesoramiento e Información al 0300 3030 111.

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