Neumocéfalo, neumoencéfalo, neumatocele intracraneal o aerocele son términos que designan el aire en la cabeza, donde no debe estar. Puede ser una consecuencia normal de la cirugía cerebral y no suele ser algo importante, excepto cuando hay demasiado aire, o cuando acaba en tensión. Esta condición nunca ha salido en el examen hasta una pregunta de radiología relativamente reciente (pregunta 14.2 del primer examen de 2016). El colegio nos presentó un corte de TC que representa el clásico signo del «Monte Fuji», en un paciente que ha perdido el conocimiento tras el drenaje de un absceso epidural C5-6.
Características clínicas del neumocéfalo
Para responder a la pregunta «¿qué sería tener mucho aire alrededor de mi cerebro?», Markham (1967) realizó un estudio de unos 300 casos de pacientes. Los pacientes presentaban los siguientes síntomas:
- Dolores de cabeza en el 38%
- Náuseas y vómitos
- Convulsiones
- Mareos
- Estado neurológico deprimido
Además de éstos, cabría esperar que el neumocéfalo a tensión se presentara con todos los rasgos característicos del aumento de la presión intracraneal.
Causas de neumoencefalia
La siguiente lista está copiada directamente de Schirmer et al (2010)
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Otras causas de neumocefalia no mencionadas anteriormente pueden ser:
- Uso de óxido nitroso durante la cirugía
- Traslado en avión de ala fija (el gas se expande en la cabina despresurizada)
Manifestaciones radiológicas de neumoencefalia
Esta imagen, utilizada para la pregunta 14.2 del primer trabajo de 2016, fue robada descaradamente del Emergency Medical Minute de Eric Miller (Podcast #93). En concreto, se trata de una neumoencefalia subdural a tensión, que se puede identificar por el signo del «Monte Fuji» (S.Michel, 2004). Observe cómo el aire intracraneal está bajo presión: los lóbulos frontales se han aplastado y separado, dando un aspecto de pico gemelo. El venículo lateral tiene un aspecto algo aplastado, lo que también sugiere que hay un aumento de la presión intracraneal.
Causas del neumoencefalo a tensión
El neumoencefalo a tensión es una situación en la que el aire puede entrar en el cráneo, pero no salir de él. Esto ocurre cuando se forma una especie de mecanismo similar a una válvula. Esto se denomina mecanismo de «válvula de bola» o de «botella invertida».
El efecto de válvula de bola se produce cuando el aire entra en la cavidad craneal a través de un defecto cuando es forzado allí bajo presión (por ejemplo, al toser, estornudar, etc.). Entonces, no puede escapar pasivamente (la presión no es lo suficientemente grande).
El efecto de la botella invertida se debe al drenaje del LCR, y es la explicación más probable para el neumocefalia a tensión después de la cirugía de la columna vertebral. También es el mecanismo más probable para explicar la patología de la pregunta 14.2 del primer artículo de 2016. Lundsford et al lo describieron en 1979. En esencia, el drenaje de LCR de la columna vertebral crea una presión intracraneal negativa, que arrastra aire. «El mecanismo de entrada de aire en el compartimento intracraneal es análogo a la entrada de aire en una botella de refresco invertida», reflexionan los autores. «A medida que el líquido se vierte, el aire burbujea hacia la parte superior del recipiente».
Manejo del neumocéfalo
Esto está bien tratado en el excelente artículo gratuito de Dabdoub et al (2015), cuyas características más destacadas se resumen a continuación.
En resumen, estas son las opciones de manejo:
- No hacer nada. La gran mayoría (85%) se reabsorbe espontáneamente, sin ninguna intervención y con pocas manifestaciones clínicas. Karavelioglu (2014) sugiere que hay que tener paciencia, ya que el proceso de reabsorción pasiva puede tardar un par de semanas.
- Manejo conservador: Consiste en poner al paciente con la cabeza levantada (30º) y evitar las maniobras de Valsalva (toser, estornudar, hacer esfuerzos para abrir los intestinos). Como dato, esta estrategia preventiva también incluye evitar la recuperación aeromédica. Según Donovan et al (2008), la bolsa de gas intracraneal se expande previsiblemente en una cabina despresurizada.
- Oxígeno isobárico: tras 24 horas de oxígeno al 100% por mascarilla, Gore et al (2008) encontraron que el volumen medio del neumocéfalo de sus pacientes disminuía más que en aquellos pacientes que sólo tenían aire ambiente.
- El oxígeno hiperbárico parece tener un buen efecto: Paiva et al. (2014) encontraron que sesiones de 1 hora a 2,5 atmósferas de O2 resolvían el neumocéfalo mucho más rápido que el oxígeno estándar de 5L/min por puntas nasales.
- El manejo quirúrgico está indicado principalmente en el contexto del neumocéfalo sintomático o a tensión. «Se aboga por la perforación de agujeros de rebaba, la aspiración con aguja y el cierre del defecto dural».