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Incidencia/causa

El LSA, un tumor causado por una proliferación cancerosa de linfocitos (células que normalmente funcionan en el sistema inmunitario), es uno de los tumores más comunes que se observan en los perros. Afecta a perros de cualquier raza y edad, aunque la mayoría de los perros serán de mediana edad o mayores en el momento del diagnóstico; los Golden retrievers se consideran una raza con mayor riesgo de desarrollar LSA. La causa del LSA en los perros, al igual que la de la mayoría de los tumores caninos, es desconocida.

Qué puede ver/ Presentación clínica

La presentación de los perros con LSA es muy variable, ya que los linfocitos pueden encontrarse en prácticamente cualquier órgano del cuerpo. No obstante, la forma más común (denominada estadios) del LSA provoca un agrandamiento no doloroso de uno o más ganglios linfáticos que puede verse o palparse desde la superficie del cuerpo. Ocasionalmente, un ganglio linfático aumenta de tamaño lo suficiente como para afectar a su función (obstrucción del flujo sanguíneo o de las vías respiratorias, por ejemplo). Otras formas de LSA pueden afectar al hígado, al bazo, a la médula ósea y al tracto gastrointestinal, a la piel o al sistema nervioso (y a otros órganos) y los signos clínicos reflejarán el sistema orgánico afectado (por ejemplo, vómitos o diarrea con las formas gastrointestinales; debilidad o palidez de las membranas mucosas y otros que reflejan la alteración de la producción de células sanguíneas de la médula ósea); muchos perros simplemente se sentirán mal (pierden el apetito, se vuelven letárgicos) con cualquiera de las diferentes formas. En algunos perros, el aumento de los ganglios linfáticos es un hallazgo incidental cuando un perro de apariencia saludable es visto por un veterinario por una razón no relacionada (por ejemplo, la vacunación).

Estado de los ganglios linfáticos

Estado I: un solo ganglio linfático agrandado
Estado II: múltiples ganglios agrandados en la mitad delantera o en la mitad trasera del cuerpo
Estado III: múltiples ganglios agrandados tanto en la mitad delantera como en la trasera del cuerpo
Estado IV: afectación del hígado y/o del bazo
Estado V: afectación de la médula ósea, o afectación de otros órganos (por ej.Por ejemplo, gastrointestinal, piel, sistema nervioso)
Cada estadio numerado puede dividirse a su vez en subestadios, de los cuales hay dos: a y b. Los pacientes con el subestadio a se sienten bien, mientras que los pacientes con el subestadio b están enfermos.

Comportamiento biológico del LSA

El LSA se considera una enfermedad sistémica, y como tal no se considera realmente que se «extienda» a otros órganos. Este tumor no es generalmente visto como un tumor curable en los perros, aunque los perros ocasionales experimentarán lo que parece ser una cura con el tratamiento adecuado (véase más adelante). Un perro puede comenzar con una etapa de la enfermedad y progresar con el tiempo a otra etapa (generalmente más avanzada) de LSA.

Estado clínico (determinación de la extensión del tumor)

Debido a los órganos que comúnmente implica el LSA, la estadificación de un perro con un LSA puede implicar la aspiración de uno o más ganglios linfáticos, radiografías torácicas radiografías abdominales o ultrasonido (para buscar grandes nodos en el abdomen y para ver el hígado y el bazo), o el examen de la médula ósea. A menudo, se aconseja la obtención de sangre para un recuento sanguíneo completo y un perfil bioquímico, así como un análisis de orina, ya que pueden ayudar a evaluar el estado de salud general y proporcionar información que puede influir en las recomendaciones de tratamiento. A veces, se recomiendan tinciones especiales para determinar si el LSA es de origen de células B o de células T (las células B y las células T son tipos específicos de linfocitos) debido a su importancia pronóstica, aunque las recomendaciones de tratamiento son las mismas para cualquiera de los dos tipos.

Opciones de tratamiento

El pilar del tratamiento del LSA es la administración de fármacos quimioterapéuticos; las mejores respuestas en términos de duración del control del tumor y de la supervivencia se observan generalmente con protocolos que implican la administración de más de un fármaco quimioterapéutico, aunque hay enfoques que implican la administración de un único fármaco. Los fármacos quimioterapéuticos utilizados habitualmente son: doxorrubicina, vincristina, ciclofosfamida, prednisona y L-aspariginasa, pero también se utilizan muchos otros. En algunos perros con la enfermedad muy localizada, la cirugía o la radioterapia pueden desempeñar un papel en el tratamiento, aunque la quimioterapia sigue siendo a menudo recomendada en estos casos.

Pronóstico

El pronóstico de los perros con LSA es muy variable, y depende de la etapa clínica (los perros enfermos tienen peor suerte que los perros que se sienten bien, y los perros con la enfermedad en estadio V generalmente se consideran que tienen un peor pronóstico), el tipo de tumor (los perros con LSA de células B por lo general lo hacen mejor que los perros con LSA de células T). La mayoría de los perros tratados con quimioterapia experimentarán una remisión, un periodo en el que no hay cáncer detectable y el perro se siente bien. Los tiempos de remisión son variables, pero la mayoría de los perros con formas de LSA en los ganglios linfáticos tendrán remisiones iniciales que durarán entre 6 y 9 meses antes de que se vuelva a ver evidencia del tumor; en muchos de estos perros se pueden conseguir segundas remisiones, pero se espera que cualquier remisión posterior sea de menor duración que la primera. El tiempo de supervivencia de la mayoría de los perros tratados con protocolos de quimioterapia combinada es de aproximadamente 1 año. Y aunque un perro individual habrá recibido mucha quimioterapia durante ese año, su calidad de vida suele ser muy buena. Las estadísticas, aunque son útiles, nunca pueden predecir cómo le irá a un perro individual con o sin un tratamiento específico.

Opciones de tratamiento futuras:

Se prueban nuevos protocolos con gran regularidad en el linfoma canino, pero los resultados han sido similares con cada régimen farmacológico investigado. Lo más probable es que nuestras supervivencias sean siempre similares hasta que aceptemos una mayor toxicidad (lo que significa que la mayoría de los perros estarán muy enfermos por el tratamiento y algunos pueden incluso morir), o se invente un tratamiento completamente novedoso. El uso de la radioterapia de medio cuerpo o de cuerpo entero puede resultar útil. El desarrollo de un anticuerpo específico para el linfoma canino, que podría reconocer todos los linfomas caninos y, sin embargo, ningún linfocito normal, y estar unido a una toxina u otro mecanismo de eliminación de células, es un sueño lejano.

Puntos clave

El LSA es uno de los tumores que más responden a la quimioterapia visto en la medicina veterinaria, y la mayoría de los perros toleran la quimioterapia muy bien con un impacto mínimo en su calidad de vida. Si nota bultos de crecimiento rápido en su perro que parecen estar en la zona de las articulaciones principales (en el cuello, delante de los hombros, en las axilas, en la parte posterior de las rodillas o en la ingle) haga que su perro sea examinado pronto por un veterinario aunque se sienta bien. Recuerde que la enfermedad en su fase más baja, y los perros que se sienten bien, tendrán mejores resultados con el tratamiento que los perros que están enfermos y/o tienen la enfermedad más avanzada.

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