Principales logros: Inventora del Kevlar.
Stephanie Louise Kwolek fue una química estadounidense que inventó la poliparafenileno tereftalamida, más conocida como Kevlar. Nació en el suburbio de Pittsburgh de New Kensington, Pennsylvania. Kwolek ganó numerosos premios por su trabajo en química de polímeros.
Kwolek nació de padres inmigrantes polacos en New Kensington, Pensilvania, en 1923. Su padre, John Kwolek (en polaco: Jan Chwalek), murió cuando ella tenía diez años. Era naturalista por afición, y Kwolek pasaba horas con él, de niña, explorando el mundo natural. Atribuyó su interés por la ciencia a él y el interés por la moda a su madre, Nellie (Zajdel) Kwolek.
En 1946, Kwolek se licenció en química en el Margaret Morrison Carnegie College de la Universidad Carnegie Mellon. Había planeado ser médico y esperaba poder ganar suficiente dinero con un trabajo temporal en un campo relacionado con la química para asistir a la escuela de medicina. En 1946, Hale Charch, futuro mentor de Kwolek, le ofreció un puesto en las instalaciones de DuPont en Buffalo (Nueva York). En un principio, Charch le dijo a Kwolek que se pondría en contacto con ella en un plazo de dos semanas, pero después de que Kwolek dijera que tenía que responder a otra oferta de trabajo e insistiera en una respuesta más rápida, Charch le ofreció inmediatamente el puesto. Aunque en un principio Kwolek sólo pretendía trabajar temporalmente para DuPont, el trabajo le pareció lo suficientemente interesante como para quedarse y no seguir una carrera médica.
En 1950 se trasladó a Wilmington, Delaware, para seguir trabajando para DuPont. En 1959, ganó un premio de publicación de la American Chemical Society. Mientras trabajaba para DuPont, Kwolek inventó el Kevlar. En 1964, en previsión de la escasez de gasolina, su grupo empezó a buscar una fibra ligera pero resistente para utilizarla en los neumáticos. Los polímeros con los que trabajaba entonces, el poliphenileno tereftalato y la polibenzamida, formaban un cristal líquido en solución que, en aquel momento, tenía que hilarse a más de 200 °C (392 °F), lo que producía fibras más débiles y menos rígidas. Una técnica única en sus nuevos proyectos y en el proceso de polimerización por condensación en fusión fue reducir esas temperaturas a entre 0-40 °C (32-104 °F). Como explicó más tarde en un discurso de 1993 «La solución era inusualmente (de baja viscosidad), turbia, revuelta-opalescente y con aspecto de suero de leche. Las soluciones poliméricas convencionales suelen ser claras o translúcidas y tienen la viscosidad de la melaza, más o menos. La solución que preparé tenía el aspecto de una dispersión, pero era totalmente filtrable a través de un filtro de poro fino. Se trataba de una solución líquida cristalina, pero yo no lo sabía en ese momento». Este tipo de solución turbia solía desecharse. Sin embargo, Kwolek convenció al técnico Charles Smullen, que dirigía la hilera, para que probara su solución. Se sorprendió al comprobar que la nueva fibra no se rompía cuando lo hacía el nailon. No sólo era más fuerte que el nylon, sino que el Kevlar era cinco veces más fuerte que el acero en peso. Tanto su supervisor como el director del laboratorio comprendieron la importancia de su descubrimiento, y rápidamente surgió un nuevo campo de la química de los polímeros.
En 1971, se presentó el Kevlar moderno. Kwolek descubrió que las fibras podían hacerse aún más resistentes tratándolas térmicamente. Las moléculas del polímero, con forma de varillas o cerillas, están muy orientadas, lo que da al Kevlar su extraordinaria resistencia. Kwolek no estuvo muy involucrado en el desarrollo de las aplicaciones prácticas del Kevlar. Una vez que los altos directivos de DuPont fueron informados del descubrimiento, asignaron inmediatamente a todo un grupo para que trabajara en diferentes aspectos», dijo. Tampoco se benefició de los productos de DuPont, ya que cedió la patente del Kevlar a la empresa. El Kevlar se utiliza para construir teléfonos móviles; el Droid RAZR de Motorola tiene un cuerpo único de Kevlar. El kevlar también se utiliza para las raquetas deportivas y los chalecos antibalas. Durante la semana de la muerte de Kwolek, se vendió el millonésimo chaleco antibalas fabricado con Kevlar. Por su descubrimiento, Kwolek recibió la Medalla Lavoisier de la empresa DuPont por sus destacados logros técnicos: en el momento de su muerte, seguía siendo la única mujer empleada que había recibido ese honor.
Fuente: Wikipedia